Reconozco que pueden resultar tentadoras, incluso pueden convencerte en su despliegue de certezas pero prefiero guardarlas para cuando deje de soportar el frío. Ese porche siempre va a estar ahí.
Y en esta pequeña travesía evitando lo previsible, te encuentras con gente como Joanna Newsom. Y te detienes, intentando descifrar si realmente acabas de conocer a tu nuevo compañero de viaje.
Newsom publicó YS hace dos años, en plena relectura generacional de algo tan intangible como el Folk. Músicos jóvenes echando la vista sobre una música viejo por necesidad. Y entre ellos, la crítica destacó especialmente la aportación de un hada de aspecto alienígena que tocaba el arpa y cantaba forzando las armonías vocales sobre sábanas de música de otro tiempo.
Esta apuesta por salirse de la senda fue aclamada por la prensa especializada como uno de los mejores trabajos del año, si no de la década, y se convirtió en objeto preferido de las inevitables muestras adhesiones y rechazo, algunas especialmente virulentas.
La curiosidad por la polémica me condujo hasta ella y reconozco que me superó su complejidad; sus canciones eternas no te mostraban asideros melódicos a los que anclarte para salir a flote ante aquella marea de nuevas sensaciones. Me perdí e, instantes antes de ahogarme, salí del agua y me dediqué a otras cosas. Una pena, es el tipo de cosas que haces cuando temes parecer demasiado hambriento.
Ahora Joanna Newsom ha publicado Have One on Me, su tercer álbum. Y las reglas han cambiado. Es lo que tienen la música y mis prejuicios, se llevan terriblemente mal. Afortunadamente, la primera suele colocar en su sitio a los segundos con la suficiente autoridad; por el camino, queda el aprendizaje que te reserva descubrir que nunca puedes estar seguro de nada para siempre.
Donde veía complicación y épica desmedidas, ahora encuentro lienzos de belleza imposible. Y, ¿cuál es la diferencia entre los dos trabajos? No puedo responder a eso porque probablemente me atrae a Have One on Me lo mismo que me apartaba de YS. Quizás simple y llanamente sea un pobre demente sin criterio, inmerso en una evolución circular sin sentido. Un loco que sólo entiende lo que siente.
Te dejas llevar por esta maravilla y encuentras ecos de música medieval; asoman rincones de música nativa americana o gospel marciano. Dieciocho canciones que se parecen a mil cosas que no consigues enjaular con un nombre. En la habitación están Kate Bush, Joni Michell y Dylan Thomas, pero sólo actúan como invitados a una fiesta con una sola reina, y ésa es Joanna Newsom.
Las canciones se extienden, como serpientes intentando adivinar la salida de la madriguera; y lo consiguen, pero, ya en el exterior, se percatan de que no han obtenido su recompensa y vuelven a enterrarse, en busca de su presa. Su música actúa a modo de un depredador con tus sentidos, marcándose límites por el puro placer de superarlos.
Y esa lucha que se libra en el interior de cada tema es el espíritu de la energía de Newsom. Como ha dicho algún crítico, resulta escalofriante pensar que todavía no ha cumplido los treinta años; da vértigo pensar en su futuro.
No es un plato de fácil digestión y requiere un estado de ánimo que acompañe a sus exigencias, pero es evidente que nos encontramos ante algo más una autora arriesgada retándonos con humor. Es la voz de la montaña, las leyendas que existían antes de que nadie pudiera explicarlas. El ruido del río corriendo al revés.
Cierro los ojos, noto ese tipo de cosas; y no puedo esperar el momento de volver sobre YS y descubrir lo fácil que es equivocarse cuando piensas que el bosque no sabe cantar.
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Composición compleja llena de matices; gospel, blues, barroco, New Orleans y humedad a punto de estallar. Lo dicho, dulcemente extraterrestre. Soft as Chalk
A prueba de modas. Hay intensidades que no conocen el tiempo. Qué historia más triste, la de Baby Birch. La belleza nunca fue fácil. Su música tampoco.
http://www.elpais.com/articulo/portada/nina/montana/elppor/20100423elptenpor_2/Tes/
16 comentarios:
He escuchado por primera vez a Joanna Newson, y he de decirte que no es mi estilo, aunque canta bien y el arpa es lo suyo. Es relajante para algunos momentos de algunos días también. Lo que me gustó más de todo el post es esta frase:
"Es lo que tienen la música y mis prejuicios, se llevan terriblemente mal". COn la música nunca hay que tener prejuicios, sino no puede disfrutarse como es en realidad (el arte supremo en opinión de muchos, antiguos y modernos).
Besos musicales!
Hola Ginebra. Sí, los prejuicios tienden a ser malos consejeros para prácticamente todo en esta vida; son como sumergir la cabeza en un bolso lleno de espejos, sólo te ves a ti mismo recordándote lo mucho que podrías aprender fuera de ahí. En cuanto a la buena de Joanna, desde luego no puede decirse que sea precisamente un plato fácil pero hay algo en el riesgo de cuanto está haciendo que me seduce mucho. Besos llenos de armonía.
Muy interesante, Montaraz. Newsom pertenece a una especie extraña de músicos, con una formación clásica muy importante. Es mucho más arriesgada de lo que parece a simple vista. Sus dos últimos discos son sublimes y vale la pena entender las bellas historias que explica (sólo hace falta fijarse en las declaraciones del link que has colgado). Baby Birch es una de las mejores canciones que he escuchado en mucho tiempo. Besos al explorador.
Me ha sorprendido esta mujer de una manera que no sabría decir. Será parecido a lo que explicas que te pasó. Lo cierto es que no la conocía y tiene algo de imán ancestral, no sé, he de oirla muuuuuuuuuuuucho más. Ya la fiché a ver si la consigo. Montón de gracias, justo ayer oí a las dos hermanas Coco Rosie, también en un blog y me gustaron, entre el blues, el folk, muy originales.
Independientemente de su música, me ha gustado mucho cómo lo has escrito. Un lujo, vaya. Un aprendizaje también. Así que: ¡un abrazo!
Hola Ana. Totalmente de acuerdo contigo respecto a las letras de las canciones; algunas de ellas realmente bellísimas. Baby Birch, tanto por lo que explica como por su entregado dramatismo, va camino de convertirse en algo definitivamente especial. Besos.
Hola, Virgi. Si, Joanna Newsom también me recordó en un principio a las CocoRosie, esas hermanas, locas maravillosas, que se han empeñado en enseñar el lado más provocador del mundo de las hadas electrónicas. Ni las unas ni la otra son platos fáciles, pero el recuerdo está hecho de cosas como estas. Gracias a ti por pasarte por aquí. Un abrazo.
Creo que deberían haber más artistas con el interés por el riesgo que tiene Joanna Newsom sin que por eso tuvieran que suicidarse comercialmente. Debería haber espacio para todos pero siempre escuchamos lo mismo. Gracias por la entrada y acercarla a más gente. Me gusta mucho el blog.
¿"Loco sin gusto"?noooo,de hecho,lo que ponemos en duda,lo que nos disgusta o decepciona te define.Si nos agradara todo en la misma medida¡ahí sería un problema!
Gracias por hacerme descubrir la magia del arpa
saludos
Gracias, Anónimo. Se hace lo que se puede, pero supongo que según qué apuestas deben permanecer al margen de impactos comerciales masivos porque eso mismo las define. En el precio de la libertad está incluida la seguridad de que, tarde o temprano, algunas decisiones sólo te van a corresponder a ti.
Hola Pacorra. Tienes toda la razón, las decepciones nos acercan a lo que deberíamos acabar siendo, es como un trabajo de desbroce necesario. Gracias a ti por pasarte.
Ultimamente, es dificil encontrar a alguien que maneje el arpa y aga del arpa una melodia tan hermosa como esta chica hace. Ojalaá poco a poco vallamos enconterando mas.
Saludos!
No conocia a esta chica,pero hay que reconocer que es original.La estudiaré mas detenidamente¡me encanta descubrir nueva música!
gracias!
besos
Hola Hugo y bienvenido. Siempre va bien dejarse llevar por nuevas experiencias, en ocasiones sólo es cuestión de paciencia. Saludos
Hola Achlys. Y para mí es un placer colaborar en algo en ese descubrimiento. Disfrútala y gracias a ti por la visita
Como dicen los ingleses, "no es mi taza de té". Es, básicamente, una cuestión de timbres, a la que no ayuda la desnudez de los areglos. Así que es mi problema (o mi prejuicio) y no el de ella. Me parece valiente, llena de personalidad y con algo que decir, lo que ya es una rara avis en el mundo de los escenarios hoy en día.
Cómo me gusta que exista la música en el mundo. Gracias.
Hola, Lagarto. A veces pienso que eso nos une más de lo que nos atrevemos a pensar; el interés por descubrir música nueva y poder compartirla; en un teatro tan cambiante, tan atractivo. Gracias a ti, es un placer tenerte por aquí.
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