Fistful of Love - Antony and the Johnsons

La atención está sobrevalorada. Pensamos que las mejores canciones, las más importantes, son las más populares; tendemos a relacionarlas con algo especial, que sólo nos pertenezca a nosotros, para así intentar no compartirlas y pensar que son nuestras aunque suenen en todas las radios. Quizás sea así en el mundo de ahí fuera, pero en lo que te toca dentro, lo que cuenta se rige por sus propias normas. Eso es lo que me ocurre con esta canción.

Es magia soul encapsulada y envuelta en terciopelo que sangra. Antony and the Johnsons es, desde hace ya un tiempo, un referente en lo que se ha venido a denominar el nuevo "punk emocional", una travesura en el reverso del espejo de lo cotidiano. Se habla con madurez del desastre que supone no poder pasar por encima de la muerte, o de la vida. Ya no se trata de rabietas de incomprendidos, es la visión de gente que ya vuelve de allí donde tú quizás nunca llegues; muy probablemente, ni lo desees.

En Fistful of Love brillan muchas cosas pero hay algo que no logras alejar de tus entrañas: ese final de apoteosis que disfruta elevándose por encima de todo. La voz de Antony Hegarty siempre es excepcional pero en este caso cree más que nunca en lo que está cantando. Todavía recuerdo su impresionante versión en el concierto del Grec de Barcelona, donde abandonó la sección de metal a favor de una guitarra eléctrica que enloquecía siguiendo sus lamentos al final de la canción. Mejoró el original, y eso no era fácil.

No era fácil porque Fistful of Love es una de las mejores canciones que se han escrito en lo que llevamos de siglo, no sólo porque sea una gran tema, sino porque es arrebatada; tan romántica que sangra en su contención. La emoción mata. "Sólo me queda recoger de mi cuerpo las pistas, los pequeños símbolos de tu devoción. Siento tus puños llenos de amor. Sé que vienen directamente del corazón; siento tus puños llenos de amor". Brutal, sadomasoquista, cruel... y precioso. Esa voz no deja espacio para la duda.

Es un ser tan asombrosamente entrañable que parece imposible que eso combine con la magia que esconde como compositor; ese trabajar a diferentes niveles del sufrimiento humano con una sonrisa permanente que parece de decirte "tranquilo, vamos a salir de esta".



Y ahora un video. El sonido es malo, pero vale la pena subir el volumen; esto es para aquellos que piensen que no existe, hay pruebas... Mide casi dos metros, baila fatal, nunca ganará un concurso de belleza... pero parece importarle bastante poco: ¿a quién le hace falta todo eso cuando es capaz de crear una canción así? Nunca me cansaría de escucharle. Maravilloso.