22 de abril de 2008

El sentido

Intentando olvidar, descubrí
lo que nunca pasó del todo,

escondido entre las sombras de

los ladrones que no sabían hablar,

dejando tras de sí las líquidas huellas

de quien nunca llegó a llevarse nada.

Huyo desde el centro del medio pasado
hacia el siguiente verso sin rimar,

buscando nuevos dientes dibujados
y sombreros que supieron bailar.

Eran bromas de papel, cartas y letras.
Sin avisar a nadie, invitaste a los ladrones,
que esta vez te marcharon sin llegar.

Te recuerdo como el tiempo con chaqueta,
como canciones escritas bajo mesa.

Sabes que no olvidaré lo que me dijiste,

como no olvidé lo que tenía que pasar.
En la música y el círculo de aquella mesa
quedará para siempre el precioso rincón,
cobijo del recuerdo disfrazado de sonrisas.

Miro y no siento que quede nada por decir
porque las palabras se libraron en gestos,
pequeños momentos de caída libre hacia ti.
Me concentro pero no siento el tren marchar;
manos cogidas, aquel banco en la estación.
Y entiendo el sentido de la marcha.
Entiendo el motivo; de la marcha.

Te echaremos de menos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Te echaremos mucho de menos

Anónimo dijo...

Es precioso. hace poco perdí a alguien querido y lo siento muy mio. Me gusta el tono amable que tiene. Me ha ayudado mucho leerlo. gracias. sigue escribiendo

PSYCOMORO dijo...

Me alegro mucho de eso. Supongo que en el fondo la pérdida, sobre todo, debe llegarse a entender. Después acuden las lágrimas y la nostalgia; pero, ante todo, hay que entenderla, por inasumible que se muestre cuando despiertas.