2 de abril de 2008

Cine y Televisión

Algo está sucediendo en la televisión; algo que nos ha hecho desviar la vista del cine por un momento. Los culpables son un grupo de guionistas que parecen empeñados en demostrar que desde la pequeña pantalla también se puede confiar en el espectador, jugando con rincones escondidos hasta ahora.

Quizás todo empezó cuando David Lynch lanzó su Twin Peaks, que acabó resultando excesivamente larga por necesidades comerciales de la productora pero que, sólo en su primer y último episodios (ambos dirigidos por Lynch) demolía la base de lo que había sido la televisión hasta el momento. Por fin la caja tonta daba algo que jugaba a ser incomprensible, aunque, en el fondo, tan sólo era un puerta mal cerrada que nos invitaba a seguir más allá.

X Files siguió la estela de The Twilight Zone y apostó (sobre todo en sus cuatro primeras temporadas) por un producto de calidad que superaba a muchas de las producciones de ciencia ficción que se estrenaban en el cine.

Pero ha sido últimamente, con obras como The Soprano, Six Feet Under o Dexter cuando la televisión ha reclamado definitivamente su posición en la historia. Probablemente estamos viviendo una revolución que no debería tener fin, porque abre caminos a una nueva forma de expresión que podría convivir con el cine y que desarrolla unos conceptos narrativos por explorar.

Ahora, entre todas las novedades que han surgido, hay una que brilla por encima del resto; una apuesta arriegadísima, mucho más de lo que podría pensarse, y que, si no se tuerce en su cada vez más complicada trama, va camino de convertirse en la mejor serie que nunca se haya visto en televisión.


Lost es una verdadera pirueta argumental. Partiendo de una premisa de una sencillez imposible (un grupo de supervivientes de un accidente de avión en una isla del pacífico), construye una de las más complejas, apasionantes y demoledoras tramas que se recuerdan; y no me refiero sólo a la television.

Al complicar sobre sí misma una historia tan sencilla, se corre el peligro de dar una sensación de engaño, de un más dificil todavía donde todo es posible y el espectador sólo se limita a esperar la forma del nuevo as en la manga. Pero el caso de Lost, aunque pueda dar esa impresión, dista mucho de moverse por esos derroteros.

Parece realmente que los guionistas se hayan dejado absorver por un reto que se resiste a superarlos. Todo encaja, todo se explica, todo sirve en la ecuación; el espectador debe hacer verdaderos ejercicios de memoria para acabar dibujando el sentido de lo que está viendo, pero lo impresionante, una vez que se ha hecho, es que todo encaja. Un lujo.

Pero eso no es más que matemática narrativa, pura técnica del detalle. Lo realmente impresionate de Lost es la consistencia de los personajes; cómo cambia su manera de actuar, cómo las circunstancias modifican, y explican, las reacciones de las personas. En ese sentido, se trata casi de un extraño estudio psicológico llevado al límite. Creo que ahí radica el verdadero interés de la serie; ahí reside que, si las intenciones no se tuercen, ésta sea una obra llamada a perdurar.

Parece ser que están muy avanzados los contactos para que JJ Abrams, verdadera cabeza pensante detrás de las isla, se encargue de la adaptación de la inabarcable The Dark Tower de Stephen King. No puedo pensar en una alianza más excitante. Para otro día la historia de escritor loco, incomprendido y errante.

Aquí tenéis un montaje de imágenes de Lost, con el clásico Where is my Mind de los Pixies de fondo


Y una preciosa promo de los propios creadores de la serie:

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En la red hay cada teoria acerca del argumento que es alucinante. A mi también me gusta mucho pero leyendo las interpretaciones que se hacen por ahí tengo miedo de que no este entendiendo nada, no la complican demasiado ?? De todas maneras, al menos hacen esforzarse un poco al que ve la tele, no es lo mas comun. Que sepas que creo que soy el fan más neurótico que existe de la Torre Oscura de Stephen King que existe !!!!

PSYCOMORO dijo...

Pues es un placer conocerte... lo cierto es que yo no las he acabado pero me engancharon mucho en su momento y este señor siempre tendrá un rinconcito en mi corazón. Me siguen gustando algunas de sus obras pero, sobre todo, me admira la manera tan coherente y realista que tiene de crear personajes. También me alucina lo bien que parece pasárselo después de tanto años. No deja de ser un individuo muy curioso.