18 de junio de 2009

Olor a retorno

Vivo mirando al cielo que corta los rostros al pasar,
tras aquella cima salada que nunca quiso emerger;
el mar, que estalla cuando remoja tus tobillos,
tus piernas, que miran por encima del hombro,
la espalda, desnuda del sol que arde sin razón,
las preguntas, que lanzaron porqués de cuna,
las sábanas, crujientes en hielo de noche,
la luna, abrasándome entre sus brazos,
sus dientes de león excitado de mirar.

Vivo resistiendo para no ser de nuevo yo;
engañando una vez más a mi mano derecha,
masticando los nudillos de mi pie izquierdo,
mamando mi nuca partida, a medio crecer;
olvidando el error del lugar menos acertado,
gritando junto al oído del sexo de tenaza,
clavando en el muro la piel que sobró,
avisando al cazador que el juego cesó,
esperando cuando la mentira decidirá fallar.

Vivo muriendo al inicio del camino del acero,
sangre y esperma dibujando el puño dolorido,
mano de fuerza espesa, gesto, dolor y colisión,
sólo olvido el accidente estrellándome contra él,
pedazos de sueño perverso cubriendo la obsesión,
laberinto con puñales y cicatrices cerradas en canal,
enfermedad de cortinas que lamen cuerpos desnudos,
todas esas manos sin dedos palpando un futuro mejor,
la mañana que se ahoga; deseo que escuece y aprieta.

Vivo contando las señales que decoran mi piel,
enjuago los restos de cuanto no supe hacer,
recojo mis cosas sin dueño ni sentido,
avanzo mi aliento a punto de correr,
humillo mis ojos contra la pared,
engullo todo el aire que puedo abrazar
y, roto de cansancio, consigo verme feliz;
respirando ese olor a corte que te impregna
cuando el cielo se acerca dispuesto a acariciar.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Es agobiante, extenuante, caliente, sudorosa, genial, Montaraz. Me llevas a espacios muy sexys y poderosos. Volver a empezar y volver a empezar.... en algunas cosas es necesario y excitante, como en leerte. Esperar el siguiente post es el tiempo mejor invertido que conozco. Muchos besos. Ana

Ginebra dijo...

Psycomoro, un poema o reflexión personal (mejor esta última opción) muy bueno, pero de verdad claustrofóbico y tremendamente desesperado...
Creo que tienes muchas capacidades entre las que destaco: expresión y saber escuchar o ver lo que es evidente pero no está escrito.
Besos y buen día....

PSYCOMORO dijo...

Gracias, Ana. Sí, me gusta la sensación de esperar a recibir las primeras señales de que algo que te gusta va a suceder. Ese momento de incertidumbre es excitante, largo. En esos pequeños instantes descubres lo maravilloso que puede ser estar vivo; y ser libre. Besos

PSYCOMORO dijo...

Gracias, Ginebra. Quizás el impulso tenga gusto a desesperación, pero está mas cerca de un juego de excitación contenida. No hay sufrimiento, es un proceso de descubrimiento que te lleva a los rincones confusos del placer. Y allí, por fin, consiges descansar. Besos.

Anónimo dijo...

Escrito muy sexual y tremendamente sincero de lo que puede ser una obsesión que no es tal, sólo una forma de vida que no tiene nada de malo aunque queramos buscarlo. Si todos actuáramos con mayor libertad disfrutariamos mas de todo lo que nos rodea en lugar de intentar entenderlo. Escribes muy, muy bien. Puede faltar dedicación y depurar algunas cosas, pero tienes mucha fuerza, y eso no es fácil ni se compra. Como decían otros anónimos, deberías publicar; te lo dice alguien que lo hace y te admira.

Anónimo dijo...

Precioso... agobiante y, sin embargo, esperanzador

Un beso grande,

PSYCOMORO dijo...

Vaya, anónimo; lo de la obsesión que no es tal es la mejor de las definiciones posibles; comparto totalmente tus reflexiones. Es emocionante que, con lo alambicadas y pesadas que llegan a ser las formas con las que castigo al personal, alguien vea algo tan certero donde casi nada tiene sentido. Muchas gracias por tus ánimos. Sinceramente, antes de pensar en publicar debería descubrir si tengo algo que decir; por ahora, me encuentro en ese dulce momento de irresponsabilidad.

PSYCOMORO dijo...

Gracias; exactamente como los pasos que no se dan. En el fondo, intentaba explicar que lo que sabes que te pierdes forma parte de los sueños que pueden llegar a realizarse. Todo depende de lo mucho que te alejes de ti mismo para acercarte a lo quieres llegar a ser.