Cuando pensar en el sentido de los sueños te sugiere algo sobre lo que no puedes escribir suele ser porque lo que ocurre en tu interior te ha jugado una mala pasada; la máquina devoró a dios y tu cuerpo sobrevive muy lejos de ti. Han pasado cosas que nunca llegarás a entender pero que son tan ciertas como que nunca podrás volver a tomar ese tren, que parecía construido para ti pero que acabó siendo construido contigo. Tu piel, carne y huesos adornan sus interiores estirados sobre las paredes, pero todo eso te ha dejado de pertenecer porque los sueños no te necesitan ya ni para confundirte. Ya no existe una siguiente parada.
La música se dirige a mí como ese tren. La miro con curiosidad, con furia y deseo; olvido lo que soy, creo que puedo seducirla y llevármela a la cama. Me abalanzo sobre sus formas, desde mi desorden, pero sólo es cuando empiezo a tocarla cuando noto que sus curvas se visten con mi piel, sus esquinas nacen con mis huesos y todo ese sudor es mi carne que se divierte huyendo de mis propias manos.
Porque la música me parece todo eso. Te acercas pensando que eres alguien y sólo descubres que eres lo que encuentras en ella, repartido entre sus vagones, que atronan el suelo bajo tus pies, recordándote que has perdido la última oportunidad. Las canciones son así, exhalaciones que disfrutan viéndote llegar tarde.
Y el placer es indescriptible. Supongo que son las notas de admiración que sientes sobre algo que nunca alcanzarás pero que parece que siempre había estado ahí para ti, escondiendo el secreto de tus sueños escrito tras el pliegue de la siguiente melodía. Así me siento cuando me desnudo ante una canción, esperando ser deseado pero rendido a las cosas que suceden sin contar conmigo.
Ese es el estado de las cosas cuando escucho a Nina Simone. Me admira lo que representa esta mujer. Su voz me ha contado sueños que se resisten a mi comprensión; me ha acompañado con sus canciones, pero también con su lucha provocadora, apabullante, definitiva por los derechos civiles, cuando vivir esa lucha era arriesgarse a recibir una bala en la cabeza.
Son tantas las canciones. Intentar parar el tren es imposible. La escucho y no deja de sorprenderme. Decía cosas que después han dicho muchos, cantaba melodías que todavía suenan extrañas y serpenteantes, como si lucharan por tomar aire después de haber vivido años sepultadas bajo mundos de arena.
Otro día tocará la importancia de su música, las influencias torrenciales que ha dejado tras de sí, el doble sentido de esa voz siempre inquietante. Otro día será. Hoy sólo quería hablar de mis sueños y de su grito de libertad
No tengo un hogar, no tengo zapatos, no tengo dinero, no creo en nada, no tengo a nadie... todo cuanto tengo es lo que nadie puede quitarme, tengo mi cuerpo, mi vida, estas tetas y mi piel marrón. Es imposible no amarla.
Una actuación de 1976 en Montreaux; han pasado más de treinta años y sigue sonando extraño, rebelde, seco, sigue sonando a pura modernidad. La prueba de que el hip-hop y el fraseo del rap siempre han respirado las brisas del blues. África, África, África !
8 comentarios:
Me encanta Nina Simone, Montaraz, pero me gusta mucho más viéndola con tus ojos, todo parece más bello. El segundo video es increible, apasionante, musica libre, me encanta. Gracias. Ana.
Un amigo me grabó, hace ya un tiempo, alguna de sus canciones. La tenía como referencia de un pasado musical, en cuanto la escuché me di cuenta que es intemporal, apasionante y viva. Gacias a ese amigo y gracias Psyocomoro por hacernos soñar.
Hola, Ana. Gracias. A mí también me tiene loco el segundo video. No puede describirse mejor; música libre. Fíjate en el acorde de piano del segundo 32-33; es como un aviso de que lo que vas a ver está demasiado cerca del mundo de los sueños.
La música crece cuando tiene dos pares de ojos entre los que saltar, anónimo; cualquiera de estas canciones sólo puede ser un regalo cargado de cariño. Los sueños son de Nina; ella nos lleva a ese lugar donde sólo reina quien sonríe. Yo sólo miro y me ahogo mientras pongo nombre a la admiración.
Nina es la más grande. Es curioso que se destaque a otros músicos y no se diga que su aportación a la música fue de lo más renovador que hubo en los 60 y los 70. Gracias por recordarlo. Me gusta mucho como escribes. Explicas cosas que se esconden a la vista. Felicidades.
Gracias por el comentario que has enviado a mi poema, escribes tan bien que leerte es un lujo, una suerte y además escuchando a Nina Simone,todo parece más transcendente. No conozco mucho de música, pero he tenido unos momentos emocionantes mientras la escuchaba y te leía, gracias.
Desde luego, Nina es grande. Supongo que la importancia de la música se lanza hacia el futuro por sus influencias, ya las de Nina Simone son muchas. Gracias por tu comentario; me gusta mucho eso de escribir lo que se esconde a la vista. Es precioso; gracias.
Hola Madelen. Me gustó mucho tu poema. El único lujo que asoma por este lugar es poder teneros a todos cerca. Déjate llevar por Nina; te dirá cosas dulces al oído con esa extraño oler ocre que dejan las cosas que no te van a abandonar. Gracias a ti.
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