Película importante por su aparente sencillez, tras la que se esconde una necesidad de crecer en el recuerdo por sus múltiples lecturas. ¿Es ese Randy Robinson una metáfora de los propios Estados Unidos? Un héroe que se hunde de golpe en el infierno; cuando intenta abandonarlo no recuerda el camino de vuelta y empieza a dudar acerca de su pasado. Un camino empedrado con pasos medio rotos.
Es posible que Mickey Rourke esté perfecto porque conoce demasiado bien ese mundo; eso, en lugar de restarle méritos, creo que todavía hace su gesto más doloroso, más terrible. No hay ni un segundo de la película en que no creas que esa mole de músculos todo lo que necesita es gritar que está vivo.
Ahora otro un homenaje a Requiem for a Dream, la obra maestra absoluta que ya había filmado Darren Aronofsky; no es para todos los estómagos, probablemente una de las películas más duras que recuerdo haber visto… pero recordarla, y recordar su música, me dispara el corazón hacia esos rincones que sueles creer apagados.
Un último apunte extraño. Después de ver la película, recuperad el Celebrities de Muchachada Nui sobre Hulk Hogan. Lo que parecía una locura se convierte en una pura genialidad con la relectura que regala
2 comentarios:
Pues tendremos que ver la película! aunque reconozco que su protagonista me da un poco de grima; quizás ése sea el motivo por el que los críticos están ensalzando tanto su interpretación... No sé.
"Requiem for a dream" es una película desgarradora, muy muy dura. Si no la ves con un buen ánimo, te derrumbas.
No sé si esperar que "The wrestler" me haga sentir lo mismo, es bueno o malo. Te lo diré en cuanto la haya visto.
Lo cierto es que la razón de por qué los críticos se fijan en algo se me escapa totalmente. Son tan imprevisibles como injustos. En este caso, creo que sencillamente se sienten descolocados, algo que no suele gustarles demasiado...
Al acabar de ver "The Wrestler" te queda la sensación de haber asistido a un pedazo de realidad, por momentos casi documental; ese poso lo consigue el director pero, sobre todo, lo logra un actor acabado que parece haber nacido para este papel. No es una película tan dura como "Requiem for a Dream", lo cual es de agradecer; para no empañar el recuerdo de aquélla y porque el corazón tiene unas dimensiones ajustadas para vivir ese tipo de experiencias una vez en la vida.
A todo esto, cuidado con la espectacular interpretación de Marisa Tomei, como espectadora sufrida de los pasos torcidos del monstruo. Grande.
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