Sé que es una canción que ya se ha asomado por aquí otras veces, pero me estremece cada vez que la escucho y era injusto olvidarnos de la persona que la transformó para siempre. Ya vimos que el original era de Leonard Cohen y que Rufus Wainwright sabe cómo se hace una versión, pero lo que hizo Jeff Buckley con ella fue incrustarla en el sedoso lienzo de las emociones con sangre, y convertirla en una de las canciones más tristes de la historia
Músico de múltiples facetas, ensañado con una psicología compleja que lo abandonaba a su suerte cuando intentaba ser feliz. Desconocido para la gran mayoría, visionario que encajó por actitud en la eclosión del grunge, ese movimiento que perdió la oportunidad de politizarse hasta el final y regalarnos un cambio de verdad. Con un estilo mucho más cercano a los outsiders de los 60 y 70 que a la furia punk que reivindicaban sus compañeros, se hizo con un lugar privilegiado con un sólo disco, Grace, y la seguridad de que tenía mucho por hacer.
La mente es algo extraño en su exigencia; siempre me ha aterrado la posibilidad de romper esos tenues límites que convierten una cortina en un muro, dentro de ese malsano teatro que a veces es la cordura. Lo veo como una cuestión de tiempo; hoy entiendes por qué sonríes cuando ves a los tuyos, y mañana no eres capaz ni de reconocer tu rostro en el espejo. El control sobre lo que nos sucede depende sólo de nuestra capacidad de saber qué tenemos que hacer para huir del horror, como descubría el coronel Kurtz en aquella selva.
Romper el equilibrio que nos recuerda hasta dónde nos podemos sumerger es el primer síntoma que sacude a quien está a punto de dejar de respirar. Me despierto algunas mañanas pensando qué sería haber roto esa balanza y seguir vivo; descubrir que puedes vivir sin aire, que puedes caminar hasta el centro del lago y quedarte allí para siempre. Esas mañanas me gusta pensar que no necesitamos entendernos a nosotros mismos para seguir adelante, que siempre quedará un rincón en las aguas, y que ése será nuestro lugar.
Jeff Buckley murió ahogado el 29 de Mayo de 1997 en el río Wolf (Memphis). Meses atrás le había sido diagnosticado un desorden bipolar grave. Aquellos que le conocían sabían que la enfermedad rompería su mente, pero a nadie le importó si había sido un suicidio o un mero accidente durante una crisis. Estaba con un amigo, sentados en la orilla; se levantó, se adentró en el río sin desnudarse y sencillamente desapareció, mientras caminaba hacia ese pequeño rincón en el fondo que guardaba inscrito su nombre.
Encontraron su cadáver cinco días después y sólo pudieron reconocerlo por el piercing que adornaba su ombligo. Su rostro y la mejor de las sonrisas quedaron para siempre confundidos entre las sombras de aquel río. Al resto nos dejó esta actuación pocos días antes de que todo ocurriera.
Y dos preciosos homenajes al marciano atractivo de un hombre que se marchó cuando más falta hacía que se quedara:
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10 comentarios:
Conocí Grace con sólo 18 años y mi mundo musical cambió; parecerá tonto, pero estuve absolutamente enamorada de este hombre durante años. Estaba rodeada de, fotos, libros, discos, cualquier cosa de Jeff Buckley que podia encontrar. Y se fue. No he sido mitómana con nadie mas, te lo aseguro, ni lo había sido nunca. Me hubiera gustado mucho conocerle. Tu escrito es muy sensible y bello, estoy segura de que le hubiera encantado, es el mejor homenaje. Gracias por escribirlo, y gracias por colgar la actuación del Halelujah, no la habia visto y he llorado como una magdalena...
Vaya, pues gracias por el comentario, y gracias por disfrutarlo; es lo mejor que puedo esperar de alguien que decida caminar por aquí. Era alguien especial, desde luego; inteligente, excelente músico. Es una pena que la vida fuera tan injusta con él. Me parece letalmente atractivo, de esa manera como sólo lo pueden ser aquellos a quien no les importa serlo. Es muy especial comprobar que todavía hay gente que lo recuerda.
Impressionant! Ja no puc prescindir dels teus comentaris, la teva (meva) música. Cales endins i provoques reaccions molt intenses al teu voltant. Resto sense paraules.
Absolutament teva.
Me gusta mucho el nombre del blog, tiene algo que ver con Lynch y Twin Peaks? Me gusta todo de lo que hablas y sobre todo como lo haces. Eres un maldito poeta en ciernes y te lo dice desde la más miserable envidia alguien que siempre ha intentado serlo y nunca lo ha conseguido. Felicidades.
Jeff Buckley era el amo; el último video con la música de Tom Waits, este es el puto amo!!, no tiene precio... es muy bonito. muy bueno el escrito y gracias por colgarlos
Moltes gràcies. I jo no se viure sense compartir segons quines coses amb vosaltres; aquestes reaccions les provoquen allò que es reflecteix en mi, i en això no tinc gaire mèrit; tot se l'emporta gent com aquest senyor, gent que fa coses realment grans. Jo, com vosaltres, gaudeixo d'elles; compartir això és gran, molt i molt gran. Petó.
Sí, se podría decir que el nombre del blog tiene algo que ver con aquellos árboles de psicomoro, o quizás más bien con la forma como crecían en mi mente. Muchas gracias por tus palabras, pero creo que Ciernes será para siempre mi hogar... supongo que lo que nos queda a los que no pasaremos de ahí es disfrutar con lo que hacemos. No dejes de hacerlo, ¡a mí me funciona!
Lo cierto es que hay gente que hace verdaderas maravilas con las imágenes, y que lo único que esperan a cambio es poder colgarlas de ese escaparate de intenciones explosivas en que se ha convertido Youtube. Sí, son dos grandes amos. Un placer.
Es difícil pensar qué habría sido de él si todavía estuviera vivo. O mejor: qué habría sido de nosotros!
Sea como sea tenemos que alegrarnos de que al menos podamos disfrutar de maravillas como éstas.
Siempre es bonito poder disfrutar de la tristeza.
Muchas gracias!!!
Yo no lo hubiera podido decir mejor; es exactamente eso, poder disfrutar de la tristeza. Eso convierte a gente como él en tan grande: que incluso la tristeza sea algo tan especial. De nada, gracias a ti.
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