8 de mayo de 2008

Algo está pasando en Brooklyn

Nueva York mira a su vecino con estupefacción del que no sabe ni cuando empezó a perder. En un par de años el escenario musical más atrevido se ha ido desplazando del antigua capital del mundo hacia ese rincón llamado Brooklyn y del que nadie esperaba más que aparecer en los mapas.

Ha arrancado allí un nuevo movimiento de músicos jóvenes, muy jóvenes, que están dando un verdadero vuelvo a las intenciones de lo que va a ser la música los próximos años. No pretenden descubrir nada, miran hacia el pasado con cierta sorna y, sobre todo, no parecen estar demasiado interesados en el éxito; es como si el impacto que ha supuesto Internet en la industria haya bajado las expectativas de lo que debes esperar por dedicarte a la música... o quizás las ha colocado en su sitio, y ese lugar cada día está más alejado de ser millonario y más cercano de ser un artista con algo que decir.

Son muchos los nombres. St.Vincent, Grizzly Bear, Dirty Projectors, Yeseayer. Y todos se mueven con una representación extraña dentro de este mundillo; está ejerciendo de portavoz de todos ellos ante la prensa Michel Pitt, actor que veremos en la nueva versión americana que Michael Haneke ha preparado de su aterradora Funny Games, y que ya desde hace tiempo ha vivido empapado por la música.

Todos y cada uno de ellos tienen un discurso muy personal y pocos vínculos que hagan pensar en un movimiento cultural concreto, lo cual los vuelve todavía más interesantes. Hoy nos quedamos con MGMT (abreviatura de Management) y su primer disco Oracular Spectacular. Son tremendamente descarados, horteras y parecen vivir en una burbuja de purpurina y espejos que los mantiene alejados del buen camino del músico serio, pero lo cierto es que son más que buenos y se nota que disfrutan con lo que hacen. Sus conciertos son verdaderas fiestas alocadas donde el cartel "Sold Out" se sustituye por uno que reza "Anda, no nos tomes demasiado en serio". Y encima musicalmente saben muy bien lo que están haciendo:

Pieces of What


Y la demostración de que si la música que se escucha en las discotecas de este país suele ser infumable sólo es porque queremos. ¿Quién dijo que la música de baile tenía que ser aburrida? Para otro día, las razones del ritmo, y la sonrisa de los que no bailamos:

Kids


No hay comentarios: