29 de octubre de 2009

Bon viatge

Hay quien escoge el camino de la sonrisa,
quien aprende de los sueños que se repiten;
es la breve fortuna que se esconde detrás de
los secretos que sólo se explican de noche.
En el corazón de cartas que nadie escribió,
aquellas donde desfilaron vuestros nombres,
acunando una historia sin apenas palabras.

Hay quien vive junto al aliento del sillón,
sin el ruido de quien necesita ser especial,
con el estruendo de quien vale lo que sabe.
Todas aquellas historias de misterios sin
más final que el protagonista que las lee;
pasadas una y otra vez, arrugado el sentido,
tras el capítulo que escondía tu pasado.

Hay quien mueve la mano de pesado abanico,
quien no debería seguir aquí con lo que tiene
ni podría pasarse por allí con lo que ha tenido.
Los paseos por aquel patio que ya no existe,
el sonido arrastrado de unos pasos apagados
y el flequillo desordenado de aquella mujer
que fue niña hambrienta y nube de azúcar.

Hay quien puede partir más de mil veces,
pero sólo una vez se marcha de verdad.
Pero sólo eres tú quien sabe dónde va.
Te veo viajar hacia el rincón en la pared.
Aparco la tristeza de las cosas inevitables
y sonrío pensando que por fin ha sucedido,
que no necesitarás seguir soñando con él.

13 comentarios:

Ginebra dijo...

¡Vaya, Psycomoro, es fantástico!. Has descrito perfectamente y de una forma preciosa, un estado de ánimo corriente, algo que suele repetirse y que es más bien negativo...
Me encantó, de verdad.
"Hay quien puede partir más de mil veces,
pero sólo una vez se marcha de verdad.
Pero sólo eres tú quien sabe dónde va.
Te veo viajar hacia el rincón en la pared.
Aparco la tristeza de las cosas inevitables
y sonrío pensando que por fin ha sucedido,
que no necesitarás seguir soñando con él."
Creo que deberías pensar (quizás ya lo hayas hecho) en escribir algo más que un blog. Besos

Ginebra dijo...

Olvidaba decir que el título es una metáfora muy interesante

PSYCOMORO dijo...

Eres muy amable, Ginebra. Me gusta escribir pero dudo mucho que realmente sepa hacerlo y estoy bastante convencido de que no me asiste nada parecido al talento. Lo bueno del blog es que la vergüenza me permite respirar...

Más que un estado de ánimo, que también, era la sensación de que las cosas suceden al margen de lo que sabemos o de lo que podemos controlar. En este caso es la muerte, pero puede aplicarse a todo aquello que sencillamente ocurre sin esperar a que estés preparado.

Gracias, de nuevo, y con ellas, un par de besos.

Anónimo dijo...

No sé si és una figura poètica o realment es tracta d'algú que ha marxat (potser la teva àvia?). Per si de cas, ho sento molt Psycomor. I al mateix temps, m'agrada sentir com recondueixes aquest enyor... Em convides a fabular sobre la seva història...

I això que no en saps, d'escriure, d'on ho has tret? No enganyes ningú més que a tu mateix, noi.

Una abraçada.

PSYCOMORO dijo...

És tracta d'algú que ha marxat; no puc dir que fos la meva àvia però si era la única àvia que em quedava. La seva història realment era de fàbula. Gràcies per les teves paraules però de vegades continua resultant irressistible viure enganyat... Una abraçada de tornada.

Anónimo dijo...

Qué despedida más bonita, Psycomoro, en la forma y en el fondo, porque el mérito no vive sólo en las palabras y tú siempre tienes mucho que contar.
Gracias.

Anónimo dijo...

Somos leyendas. Las que nos cuentan, las que vivimos en primera persona, las que se explican sobre nosotros.
El fin de la vida inicia la leyenda de los recuerdos en los que dejamos atrás.
Es precioso pensar que alguien ha podido dejarnos su sonrisa para siempre. Con nosotros.
Preciosa también tu entrada.

PSYCOMORO dijo...

Las despedidas tienen el valor que deja el recuerdo y en este caso lo bonito era eso. Las palabras sólo juegan a colarse entre las grietas que deja saber que no volverás a ver a alguien aunque no hubiera nada que pudiera hacerse. Cosas como esas están ahí, esperando ser contadas.

PSYCOMORO dijo...

Somos leyendas. Es precioso; somos lo que las palabras nos regalan acerca de nosotros mismos. El legado de esa sonrisa es el origen de la leyenda; la razón por la que siempre valdrá la pena contar buenas historias. Gracias.

Anónimo dijo...

Preciosa despedida, Montaraz. Es emocionante ver como las cosas se pueden decir de una manera tan bonita aunque sean tristes. Haces que sonrían las lágrimas. Un beso. Ana.

Claudia dijo...

Que bonito y que alentador para nosotros, los normales seres que no sabemos explicar un estado de ánimo que ni siquiera podemos controlar.

Mil gracias por escribir las palabras que no acuden a nuestra boca.

Un besazo gigante de una pequeña personilla

PSYCOMORO dijo...

Gracias, Ana. Las lágrimas están ahí como la tormenta que actúa de antesala de la única función cierta, y ésa no es otra que una rotunda y explosiva sonrisa. Así debería acabar todo. Un beso.

PSYCOMORO dijo...

Eres un cielo, Claudia. Pero te puedo asegurar que todas esas palabras tienen sentido antes de que las escriba sólo porque las descuelgo de la gente que me rodea. Mi mérito es sólo saber cuando recoger la cosecha pero nunca entenderé por qué la tierra nos alimenta. Eso lo dejo a quienes realmente conocen los secretos de los ciclos; a la gente que quiero. Un beso pequeño para una gran persona.