14 de agosto de 2009

Trazos incómodos

Es curioso cómo puedes llegar a identificarte con el reverso del espejo. Carlos Boyero escribe en periódicos y sabe de cine; desconozco si esos detalles lo convierten en periodista o en crítico de cine, pero tampoco me importa demasiado. Las etiquetas son esas cosas incómodas que nunca consigues enganchar rectas.

La provocación es un pasillo con escasa luz; no sabes si vale la pena recorrerlo porque casi siempre te regala un golpe inesperado. Pero si quieres llegar a las escaleras que conducen al piso de arriba, ése es el único camino. Es incómoda porque no suele ser complaciente; es feroz porque busca, por encima de todo, despertar a gente que hubiera preferido seguir dormida. Quizás no sea justo, pero no puede negarse que resulta tremendamente divertido.

Carlos Boyero es incómodo porque provoca. Puedes andar más o menos cerca de sus opiniones (a mí me resulta extraña su pasión por el fútbol, tampoco comparto la opinión que tiene sobre la mitad de películas que comenta –me resulta mucho más cercano en intereses Quim Casas, por ejemplo-) pero me inquieta su manera de acercarse a las cosas. Me resulta tierno, emotivo, entregado y, sobre todo, extrañamente sincero; delicadamente libre, definitivamente feroz.

Es un excelente escritor; pertenece a esa especie bastarda de periodistas que decidieron escribir. Incisivo, nada complaciente. Emocionante, luchador, íntegro. Es un escenario de paradoja bien ensamblada que me recuerda que disfrutar con lo que haces puede transmitirse a quien comete el error de fijarse en ti.

Recomendaría las divertidas conversaciones que mantiene con los lectores de El País cada jueves. Algunas de sus respuestas esconden verdaderos festivales de poesía; otras, destilan una mala leche tan sana como reivindicable; pero siempre da la sensación de no dejar de ser él (quizás sea impostura, pero bendita impostura).

Escribe regularmente en el citado periódico y sus columnas suelen ser inmersiones en aguas que sólo pruebas cuando estás junto a él, de forma parecida a lo que ocurre con el gran Juan José Millás y sus universos paralelos sin rima aparente.

Me divierte esa pinta que tiene de intratable; las descomunales broncas se montan con aquellos que no están acostumbrados al trato no complaciente (que le pregunten a Almodóvar). Se exige que la crítica cinematográfica siga unos criterios impolutos, crípticos, sesudos y, por supuesto, infalibles. Desde luego, no se reclama lo mismo a otras prácticas periodísticas.

Una crítica no deja ser un artículo de aproximación, una editorial sobre algo que ha sucedido y se ha instalado en la mente de quien escribe. Como opinión, puede resultar favorable, negativa, constructiva, ambigua; incluso puede resultar atroz o amenazadora. Pero yo siempre le pido dos favores; que resulte divertida y que esté bien escrita. Eso es algo que Boyero sabe hacer muy bien.

Es tremendamente divertido bucear por la red y ver las opiniones desatadas y controvertidas que genera el personaje. Supongo que continúa resultando extraño aceptar que alguien diga lo que piensa en todo momento; es evidente que Boyero lo acompaña con un sarcasmo y una sonrisa vitriólica que no tienen por qué ser bienvenidos, pero nunca amanece al gusto de todos; eso y que sólo hay una cosa mejor que una buena historia, una sonrisa.

Este señor consigue hacerme sonreír, sobre todo cuando no estoy de acuerdo con él. Me gustaría poder provocar la mitad de eso en la gente, aunque sé que algo así está reservado a quien ha aprendido a no tomarse demasiado en serio a sí mismo y yo, simplemente, soy demasiado ingenuo para llegar ahí. Seguiré aquí, sentado, admirando cómo se hacen las cosas, cuando decides hacerlas bien.

Un par de ejemplos de las entrevistas que os comentaba (están todas archivadas y pueden consultarse). No comparto todas sus opiniones, pero siempre me divierte cómo las arroja.

http://www.elpais.com/edigitales/entrevista.html?id=5398


http://www.elpais.com/edigitales/entrevista.html?id=5373


Sí, la música respira placer.


http://www.elpais.com/articulo/arte/Reediciones/belleza/elpepuculbab/20090418elpbabart_7/Tes


Atención a los cuatro últimos párrafos; me gustaría saber explicar lo que me hace sentir Tom Waits; en ocasiones es mejor dejarse quemar por el volcán


http://www.elpais.com/articulo/cultura/elegia/volcan/Tom/Waits/elpepicul/20080711elpepicul_3/Tes

8 comentarios:

Ginebra dijo...

Leo a Boyero porque me gusta el cine y , aunque los críticos siempre me parecen unos tipos extraños por lo que hacen (criticar lo que otros hacen), reconozco que aportan bastante información de una u otra peli.
Boyero me cae mal, no lo niego. Sabe de cine pero es demsasíado prepotente, demasíado incisivo y "sabelotodo"...
Millás me encanta, aunque también es incisivo, pero es otro tipo de hacer las cosas (feroz también pero no sé distinto).
La Imagen es una sección de Millás en El País Semanal, es lo primero que veo cuando abro esta revista y lo que más me interesa, además. Es genial. La de hoy no tiene desperdicio (bueno como siempre).
Besos ,Psycomoro.

PSYCOMORO dijo...

Hola, Ginebra. Creo que Boyero ha convertido el caer mal en un deporte de riesgo; puede resultar espectacular ver cómo salta de un lado a otro, pero a veces no puedes evitar preguntarte por qué lo está haciendo. Es incómodo; y desde luego prepotente, incisivo... pero no puedo negar que me divierten las reacciones que provoca y que me interesa su manera de escribir. Es un extraño personaje que podría llegar a resultarme entrañable, aunque sea desde una perspectiva circense.

Millás es una de mis debilidades. Me gusta mucho ese hombre y lo que escribe. En ocasiones lo veo como nuestro David Cronemberg, con sus mundos que siempre han estado ahí, pero que nunca te has parado a observar.

Todo lo que hace tiene un sentido arrebatador. Para él, una entrada, tarde o temprano.

Besos...

Anónimo dijo...

Pues yo no entiendo esa necesidad de ponerse a la gente en contra, aunque sea por dar una opinión (Almodóvar tendrá que aprender que una película suya puede no gustar). A veces me parece que Boyero dice cosas esperando más la reacción de la gente que porque lo piense realmente. Aunque quizás eso sea provocación. No si tendras razon. Lo que es cierto es que escribe muy bien, aunque no tanto como tu !!! Un beso.

Claudia dijo...

Boyero me encanta... Tengo recuerdos de leer los domingos a la hora de comer el períodico, porque mi madre lo lee a esas horas, y desternillarnos de risa las dos de las críticas que hace sobre las películas.
Tiene sus gustos, pero yo siempre le tomo como referencia, porque sabe de cine y sabe describir perfectamente lo que una película puede transmitir.

Que sea mas corrosivo que el aguarras es lo mejor, y si la gente se "pica" pues que no haga preguntas. Además "el que se pica, ajos come" jeje. Ojalá todos pudieramos decir lo que pensamos, y él siempre lo hace con educación, que es lo que cuenta.

Gracias, Gracias, Gracias por los linksssssss. Siempre me engatusan!!!

Beso de película

PSYCOMORO dijo...

Hola Anónimo, no sé si se trata de esa necesidad ser observado, aunque podría ser. Lo que me resulta curioso del personaje es ese deje pasado de roscas que adopta; sé que es una imagen como cualquier otra, pero me gusta la ironía con la que la interpreta, no tomándose las cosas demasiado en serio. Gracias por el cumplido, pero yo hago trampas; aprendo demasiado y sé poco.

PSYCOMORO dijo...

Hola Claudia; vaya, la imagen de una madre y una hija compartiendo las críticas de cine del periódico es hermosa. No son cosas que suelan hacer los padres con sus hijos. Boyero es aguarrás, pero limpia. No sigo, ni comparto, todos sus consejos, pero me interesa mucho cómo los da. Me divierte. Dice que AC/DC son ruido y no estoy de acuerdo, pero me encanta que lo diga. Odia a Lars Von Trier y a mí me gusta casi todo lo que hace, pero me seduce la acidez rotunda con la que se refiere a él. Besos, gata.

Ginebra dijo...

jajajajaja, es cierto, Millás se merece una entrada y no creas que no lo había pensado, querido Psycomoro, es que he buscado en El País su sección "La imagen" y , al menos yo, no lo he encontrado. Es curioso que hayamos tenido la misma idea!!!! bueno, creo que a éso se le puede llamar "conexión", no?.
En fín, besos matinales. Muaaaaa!!!

PSYCOMORO dijo...

Sí, supongo que debe tener que ver algo con la conexión. Apuesto a que Millás podría escribir algo interesante acerca de eso... Besos.