He vuelto a ver El Buscavidas (The Hustler, Robert Rossen, 1961), después de demasiados años. La historia de unos personajes llamados a llegar tarde, a hacer las cosas a destiempo, cuando ya no tienen sentido. Eddie, un jugador de billar que hipoteca su talento con partidas amañadas en tugurios de mala muerte, conoce a Sarah, otra superviviente que cuenta sus días hacia atrás, cojeando sobre un camino que sólo puede deshacer.
La relación entre ambos es sincera, respetuosa, quizás por eso también resulta dura, inapelable; pero en ningún momento asoman entre líneas las convenciones de las cosas dichas porque sí, de sólo atender a lo que queremos escuchar, de ese veneno que incendia cualquier lógica de cariño que llamamos hastío.
Y junto a esa línea torcida que recorren los que se quieren como no pueden quererse, se acercan monstruos cargados de regalos; santa claus perversos que envuelven los sueños de quien ha enfermado con la falta de triunfo para engañarlos y devolverlos al lugar donde sólo importan las cosas que cualquiera puede tener. Y el dólar vuelve a aparecer en su carroza de fuego para acabar la faena.
Personajes que ruedan como esas bolas de billar, como si el destino los hiciera rebotar a su antojo contra las esquinas para colocarlos en la mejor posición para asestarles el último golpe. La jugada maestra que le hará ganar la partida a aquellos que hubieran podido pasar sin hacer ruido pero que giran en sentido inverso, preparándose para el grito que hubieran preferido callar.
Y se golpean, se aturden, se asoman a los agujeros, huelen su interior. Esas madrigueras de malas noticias son focos de lucha y la única que entiende que esa batalla puede ganarse es el personaje de Sarah (inolvidable Piper Laurie); y acaba siendo la bola que salta fuera del tablero, libre, sonriendo como sólo puede hacerlo quien lo ha entendido absolutamente todo.
Y Eddie sólo consigue ganar cuando ya lo ha perdido todo. El sueño americano cierra sus fauces y vuelve a mutilar, pero el mejor jugador de billar del mundo descubre que se puede caminar sin piernas, cuando te han enseñado lo que puede hacer un corazón.
Aquí un homenaje a la película; imágenes inolvidables y Paul Newman, quizás el animal más bello que nunca haya cazado una cámara.
10 comentarios:
Anónimo
dijo...
Diosssss, ¡qué foto de Paul Newman! mmmm
¿Sabes? me dan ganas de volver a verla, la ví hace tantos años que ya no me acuerdo, seguro que ahora veré en ella matices que en su día no supe ver.
Una buena película, un clásico en blanco y negro con el guapetón de Newman, jajajajajaja, que tanto nos gusta a las mujeres (y supongo que a muchos hombres también). Era además un buenísmo actor, creíble y natural en la pantalla, nada forzado. Lo que me gusta de verdad es tu forma de contarlo, Psycomoro, he disfrutado leyéndote, siempre me pasa. Besos para tí y para "Los pasos que no doy"
Creo que "el sueño americano" se explica mucho mejor en estas películas que lo ponen en entedicho... Es algo que también estoy descubriendo en lo que estoy leyendo ahora... No he visto la película, pero seguiré tu gusto acertado y la veré con muchas ganas. Todo tus post son fantásticos, me abren la mente y me hacen sonreir. Un saludo enorme
Una película soberbia que te emociona, como también lo hacen sus actores. El fracaso y el éxito. La lucha de un hombre por averiguar quién es y cuál es su auténtico valor. Precioso film de personajes que se golpean, como hacen las bolas de billar, hasta caer en las troneras. Un gran clásico y una preciosa descripción, la que tú haces Psycomoro.
Hola, Dospasos, pues si la entrada ha servido para recordarla, estoy mas que feliz. Lo cierto es que es una gran pelicula con leturas demasiado actuales como para olvidar que siempre han habido historias tristes. Un beso enorme.
(Lo siento por los acentos pero en la esquina de mundo que he aterrizado no entienden de ellos)
Hola Ginebra. Era guapeton, era bello, como esos animales que solo demuestran hata donde pueden saltar cuando tienes sus fauces alrededor de tu cuello, justo un segundo antes de que te enamoren. Muchas gracias por tus comentarios, yo tambien disfruto sabiendo que alguien me lee; si ademas disfruta haciendolo, eso es mucho mas de lo que hubiera imaginado cuando me lance a esta locura. Besos
Hola Claudia; lo que decidimos llamar el sueno americano solo fue la una breve historia contada por alguien con muchas intenciones de mentir. Para la unico que sirvio fue para que se hicieran grandes obras desmintiendolo. Ahora simplemente se ha esfumado. Me encanta hacerte sonreir... Saludos
Si, Anonimo, una gran pelicula. Esas bola de billar parecen llamadas a chocar siempre entre si, hasta que una de ellas descubre que hay algo fuera del terreno de juego que te marca el destino. Rompe y salta fuera de los limites, para iniciar el camino de las leyendas. Muchas gracias.
Llorar ante la belleza, aunque sea desde la añoranza, tiene una cura: saber que siempre nos esperara alli cuando queramos devolver nuestro corazon al rincon de las cosas bonitas
10 comentarios:
Diosssss, ¡qué foto de Paul Newman!
mmmm
¿Sabes? me dan ganas de volver a verla, la ví hace tantos años que ya no me acuerdo, seguro que ahora veré en ella matices que en su día no supe ver.
Un beso (de los grandes)
Una buena película, un clásico en blanco y negro con el guapetón de Newman, jajajajajaja, que tanto nos gusta a las mujeres (y supongo que a muchos hombres también). Era además un buenísmo actor, creíble y natural en la pantalla, nada forzado.
Lo que me gusta de verdad es tu forma de contarlo, Psycomoro, he disfrutado leyéndote, siempre me pasa. Besos para tí y para "Los pasos que no doy"
Creo que "el sueño americano" se explica mucho mejor en estas películas que lo ponen en entedicho... Es algo que también estoy descubriendo en lo que estoy leyendo ahora...
No he visto la película, pero seguiré tu gusto acertado y la veré con muchas ganas.
Todo tus post son fantásticos, me abren la mente y me hacen sonreir.
Un saludo enorme
Una película soberbia que te emociona, como también lo hacen sus actores. El fracaso y el éxito. La lucha de un hombre por averiguar quién es y cuál es su auténtico valor. Precioso film de personajes que se golpean, como hacen las bolas de billar, hasta caer en las troneras.
Un gran clásico y una preciosa descripción, la que tú haces Psycomoro.
Hola, Dospasos, pues si la entrada ha servido para recordarla, estoy mas que feliz. Lo cierto es que es una gran pelicula con leturas demasiado actuales como para olvidar que siempre han habido historias tristes. Un beso enorme.
(Lo siento por los acentos pero en la esquina de mundo que he aterrizado no entienden de ellos)
Hola Ginebra. Era guapeton, era bello, como esos animales que solo demuestran hata donde pueden saltar cuando tienes sus fauces alrededor de tu cuello, justo un segundo antes de que te enamoren. Muchas gracias por tus comentarios, yo tambien disfruto sabiendo que alguien me lee; si ademas disfruta haciendolo, eso es mucho mas de lo que hubiera imaginado cuando me lance a esta locura. Besos
Hola Claudia; lo que decidimos llamar el sueno americano solo fue la una breve historia contada por alguien con muchas intenciones de mentir. Para la unico que sirvio fue para que se hicieran grandes obras desmintiendolo. Ahora simplemente se ha esfumado. Me encanta hacerte sonreir... Saludos
Si, Anonimo, una gran pelicula. Esas bola de billar parecen llamadas a chocar siempre entre si, hasta que una de ellas descubre que hay algo fuera del terreno de juego que te marca el destino. Rompe y salta fuera de los limites, para iniciar el camino de las leyendas. Muchas gracias.
Solamente ver este vídeo me ha hecho llorar... Añorado, siempre eterno y bello Paul Newman.
Llorar ante la belleza, aunque sea desde la añoranza, tiene una cura: saber que siempre nos esperara alli cuando queramos devolver nuestro corazon al rincon de las cosas bonitas
Publicar un comentario