Psycomoro, ¿son tuyas las fotos??? bueno supongo que sí. Son muy buenas, te felicito. Un punto de vista interesante de esta magnífica ciudad (creo que mi prefe de todas las ciudades europeas que he visitado). Es tan especial... tan cosmopolita y típica a la vez; tan llena de cosas distintas y de gentes... siempre hay algo que hacer, ver o escuchar. Besos enormes de finde
Ginebra, sí, las fotos las hice yo. Gracias. No sé si son mías; creo que, de alguna manera, ocurre lo mismo a las fotos, las palabras o los besos; estaban ahí antes de llegara. Los tomo pero dudo mucho que fueran míos. Me gustó Londres, especialmente porque no vi en ella muchas cosas que me dijeron y encontré muchas otras que no esperaba que estuvieran allí. Besos grandes de retorno.
Preciosas. Un punto de vista peculiar de Londres, siempre con tu particular sensibilidad narradora. Porque me provocan eso, una historia, un guión sin escribir en la ciudad de los claroscuros, los verdes y las nubes (me descuadra el cisne, pero realmente queda muy lynchiano)
Londres vale la pena, Anónimo primero. Gracias por tus palabras, pero piensa que mi habilidad está en tocar cosas que ya eran especiales. Estar en ese momento en que vale la pena mirar hacia las cosas bonitas; pero mirar es muy fácil, de verdad.
Gracias, anónimo segundo. No dejaré de viajar porque los viajes encierran demasiada inspiración para que esta mente justa de imaginación pueda prescindir de sus bondades.
Decir que mis fotos explican algo es mucho decir, y un gran alago. Gracias. Respecto al pobre cisne, mira, no soy demasiado dado ni a fotografiar personas ni animales, pero me sorprendió el semblante enfafado que tenía, como si rechazara la fotografía.
Sí, como a veces una historia de Lynch te rechaza en un principio para regalarte después las mejores imágenes, los mejores momentos. Quizás eso fue todo.
Bellísimas Montaraz, casi tan misteriosas como tú. Te quería decir que no puedo sacarme "Frasco" de encima, me ha tomado por las entrañas y no me deja apartarme de ella. No se puede querer más. He tenido muchas parejas, pero nunca nunca nunca he sentido algo así, nunca he querido de esa manera y estoy segura de que nunca me han querido así. Reconozco que rendidita me tienes a tus encantos, admiro que alguien pueda sentir algo así y poder ponerlo en palabras. Un beso larguísimo. Ana.
Vaya, Ana, se te echaba de menos. Gracias por tus palabras. Sólo puedo darte un consejo; abandona ese frasco, no es un buen lugar. Todo lo que quise expresar es la sensación de quien descubre tarde que la responsabilidad de disfrutar de algo se esconde precisamente en recordarlo muy a menudo.
Cuando las cosas van mal, solemos mirar al pasado con una inútil carga de culpabilidad (como decía hace unos días el gran Michael Haneke); ese estúpido esfuerzo nos sirve para anestesiar cualquier paso hacia adelante; eso supone muchas veces un sacrificio que no nos habíamos llegado a imaginar.
Cuando el amor, o lo que sea que nos une con las personas, no se mueve como habíamos planeado, solemos olvidarnos de que, en el fondo, muchos trenes sólo pueden admirarse si los dejas pasar hasta que te abandone el último vagón. Nunca te subirás a él, pero siempre sabrás que tú estuviste allí cuando todo pasó.
10 comentarios:
Psycomoro, ¿son tuyas las fotos??? bueno supongo que sí. Son muy buenas, te felicito. Un punto de vista interesante de esta magnífica ciudad (creo que mi prefe de todas las ciudades europeas que he visitado). Es tan especial... tan cosmopolita y típica a la vez; tan llena de cosas distintas y de gentes... siempre hay algo que hacer, ver o escuchar.
Besos enormes de finde
Ginebra, sí, las fotos las hice yo. Gracias. No sé si son mías; creo que, de alguna manera, ocurre lo mismo a las fotos, las palabras o los besos; estaban ahí antes de llegara. Los tomo pero dudo mucho que fueran míos. Me gustó Londres, especialmente porque no vi en ella muchas cosas que me dijeron y encontré muchas otras que no esperaba que estuvieran allí. Besos grandes de retorno.
Nunca he estado en Londres y después de ver tus fotos me apetece más que nunca. Haces especial todo lo que tocas ... Felicidades.
Me encantan tus fotos, Psycomoro. Sigue viajando, por favor, que yo esperaré ansioso tu próximo destino.
Preciosas. Un punto de vista peculiar de Londres, siempre con tu particular sensibilidad narradora. Porque me provocan eso, una historia, un guión sin escribir en la ciudad de los claroscuros, los verdes y las nubes (me descuadra el cisne, pero realmente queda muy lynchiano)
Londres vale la pena, Anónimo primero. Gracias por tus palabras, pero piensa que mi habilidad está en tocar cosas que ya eran especiales. Estar en ese momento en que vale la pena mirar hacia las cosas bonitas; pero mirar es muy fácil, de verdad.
Gracias, anónimo segundo. No dejaré de viajar porque los viajes encierran demasiada inspiración para que esta mente justa de imaginación pueda prescindir de sus bondades.
Decir que mis fotos explican algo es mucho decir, y un gran alago. Gracias. Respecto al pobre cisne, mira, no soy demasiado dado ni a fotografiar personas ni animales, pero me sorprendió el semblante enfafado que tenía, como si rechazara la fotografía.
Sí, como a veces una historia de Lynch te rechaza en un principio para regalarte después las mejores imágenes, los mejores momentos. Quizás eso fue todo.
Bellísimas Montaraz, casi tan misteriosas como tú. Te quería decir que no puedo sacarme "Frasco" de encima, me ha tomado por las entrañas y no me deja apartarme de ella. No se puede querer más. He tenido muchas parejas, pero nunca nunca nunca he sentido algo así, nunca he querido de esa manera y estoy segura de que nunca me han querido así. Reconozco que rendidita me tienes a tus encantos, admiro que alguien pueda sentir algo así y poder ponerlo en palabras. Un beso larguísimo. Ana.
Vaya, Ana, se te echaba de menos. Gracias por tus palabras. Sólo puedo darte un consejo; abandona ese frasco, no es un buen lugar. Todo lo que quise expresar es la sensación de quien descubre tarde que la responsabilidad de disfrutar de algo se esconde precisamente en recordarlo muy a menudo.
Cuando las cosas van mal, solemos mirar al pasado con una inútil carga de culpabilidad (como decía hace unos días el gran Michael Haneke); ese estúpido esfuerzo nos sirve para anestesiar cualquier paso hacia adelante; eso supone muchas veces un sacrificio que no nos habíamos llegado a imaginar.
Cuando el amor, o lo que sea que nos une con las personas, no se mueve como habíamos planeado, solemos olvidarnos de que, en el fondo, muchos trenes sólo pueden admirarse si los dejas pasar hasta que te abandone el último vagón. Nunca te subirás a él, pero siempre sabrás que tú estuviste allí cuando todo pasó.
Un beso y, por favor, abandona ese lugar...
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