Cuando miramos hacia atrás, hacia ese mundo de medias verdades y leyendas de papel en que suele convertirse nuestro pasado, nos gusta pensar que entonces conseguimos formar parte de algo especial; que en aquellos tiempos, de alguna manera que no alcanzamos a entender hoy, fuimos testigos de grandes cosas y que el mundo era mucho mejor cuando cabía en la palma de nuestra mano.
Parte de esa sensación se la debo a la gente que me hacer reír, y desde luego este par de sonados los consiguen siempre. Son David Walliams y Matt Lucas. Hicieron dos temporadas en Inglaterra; ahora se han ido a los Estados Unidos, fichados por la HBO, allí están haciendo todavía más ruido.
El tono es irreverente, salvaje, jugando en los límites de lo que esta sociedad acostumbrada a lo común puede aceptar. Con ellos, la expresión "no dejar títere con cabeza" se convierte en una filosofía de vida. Personas con discapacidad, homosexuales, obesos, fascistas, racistas, progresistas, políticos, religiosos… nadie, absolutamente nadie ese escapa de su máquina de romper huesos.
2 comentarios:
Sencillamente únicos; difícilmente previsibles. Son agudos y en ocasiones desagradables. Una crítica feroz, pero certera, de la sociedad que quieren retratar, que bien podría ser la nuestra.
Si los personajes en Inglaterra eran excelentes, los de Estados Unidos son colosales. Nunca me he reído tanto como en el sketch de los dos asiduos al gimnasio!!!!
Y la Sra. Phyllis y su perro Mr. Doggy. Te dejan sin palabras (pero sin poder para de reir).
Se echa de menos que nuestro país tenga algo similar. Ciertamente, no lo veo posible. O al menos de esta forma.
Son desagradables, tanto como la sociedad que enseñan. En ocasiones, intento ver una exageración pero sólo veo una leve broma sobre algo que es tan serio que da miedo. Eso los hace únicos; es pura política, si por tal entendemos la necesidad de refundar una manera de ver las cosas que se ha dormido en los convencionalismos más inmovilistas.
He empezado a acercarme a sus Little Britain USA y, si cabe, son todavía más mordaces. Miss. Phyllis tiene ya un rincón en nuestros neuróticos corazones.
En cuanto a nuestro país, bien, sólo sabe explicarse quedándose quieto. La cultura está tan muerta que cualquier pequeño destello nos parece algo fuera de lo común... hasta que tomamos perspectiva crítica y vemos lo mucho que queda por caminar; quizás eso sea lo mejor de todo. Lo mucho que podemos mejorar.
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