Ayer Tom Waits actuó en l’Auditori del Fòrum de Barcelona. Ayer Lucifer aterrizó en la tierra para arañar el blues de las estrellas. Con una voz que tiene muchos más matices de lo que dejan entrever sus aullidos, Tom Waits demostró que sólo alguien que ha vivido en el infierno puede incendiar el cielo.
Un repertorio que mareaba sobre todo sus cuatro últimos discos demostrando que hay que ser muy grande para rechazar ser un clásico y disfrutar hiriendo los recuerdos de una audiencia que seguro hubiera agradecido más canciones populares pero que sólo estaba allí para ser material inflamable de la hoguera que el vagabundo de las cortinas con sordina había montado.
Desmontó el blues en terrones de azúcar envenenado, repartiendo la cena del último día con una sonrisa de piedra clavada en los labios. No hay nadie que pueda subirse a un escenario con ese menú entre manos y construir algo tan irrepetible. Tomando las bases más orgánicas de la música popular, levanta una verdadera torre de Babel sobre todas las influencias que puedan imaginarse, convirtiéndose él mismo en el ojo del huracán que va a llevar la arena de la playa lejos de aquí.
Una banda increíble al servicio del gurú de las sombras extendía un lecho de sonidos implacables que recordaba que todavía hay músicos que disfrutan trabajando. Por encima de ellos, un maestro de ceremonias invadido por gestos de permanente lucha contra el equilibrio, un cartero del infierno cuya voz parece haberse incrustado en algún tejido ajeno al ser humano, cantando melodías reservadas para aquellos que se han detenido alguna vez a escuchar cómo gime el trigo cuando crece. Suya es la música que oyes cuando mueres quemado bajo el sol.
Y junto a esa abrasadora comunión con el fin de los días, el respiro se transforma en baladas de dolor profundo y dulce ironía. Hundimientos con sorpresa final que te apartan de la tristeza para lanzarte contra la pared en piruetas de lluvia de oro; cuando te recuperas, todavía ensangrentado, intentando sonreír, te lo encuentras ahí, de pie ante ti, preparado para demostrarte el peso del segundo asalto.
Se sienta al piano en la breve concesión al pasado, aroma de humo, sexo y alcohol de higado acabado. Sólo parece querer recordarnos que él estuvo allí, entre todo aquello, alzándose entre las batallas que olvidaron un final feliz. Son tres canciones. Después la bestia vuelve, muerde, y aguanta en colgada de nuestro cuello hasta que dejamos de respirar.
Destacar una canción parece imposible ante lo que escuchamos, pero personalmente me quedo con la versión latina de Hoist That Rag, donde parecía querer apuñalarte los pies para que no los mantuvieras quietos; puro ritmo de azufre con olor a caribe y a ron en mal estado; sencillamente sublime.
Y a todo esto una fiera necesidad de no repetirse, de huir de los clásicos, de mostrarse como un adolescente a quien tuvieran que medicar para que no se comiera el mundo. Alguien le acusará de no dejar espacios y de aprovecharse de ese poderío que lo lanza por delante del resto; él seguramente sonreiría, patearía el suelo para levantar una nube de polvo y huir tras su lúcido sombrero de sudor.
Porque eso es lo más desconcertante, lo que lo convierte en el mejor. En ningún momento se toma a sí mismo en serio; sólo importa la música y lo que arde en su interior. Parece devolverte la mirada y decirte “anda, diviértete: sólo soy el último payaso de un circo enfermo, el vagabundo que come de lo que nadie quiere”. Ese sentido del humor avasallador es el mismo que te hace mirar embobado al hombre con el bombín, retorciéndose ante megáfonos averiados y cortinas que lloran detrás.
Y ayer descubrimos que Lucifer nunca fue un ángel caído, porque el cielo no es más que la última broma pesada que aúllan los perros de la lluvia desde el infierno. Thanks, Mr. Waits.
Make It Rain
Cold Cold Ground
Invitation to The Blues
Y, especialmente dedicada, You're Innocent when you Dream
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18 comentarios:
Sí, sí, sí!!!! Lucifer va bramar, udolar i fins i tot miolar, diuen. I ens va deixar a tots knockats... La teva crítica, la millor, of course.
Abraçada forta!
Moltes gràcies i una abraçada de tornada. Sí va fer tot això i les petites coses que viuran per sempre a la memòria de cadascú... amagades dintre dels racons del cor que es van apagar quan va marxar de l'escenari.
Siempre me ha gustado Tom Waits pero no fui por el precio, me parecia un robo. Leyendo tus comentarios empiezo a pensar que me he equivocado y que me lo gasto en otras tonterias, pero bueno... me gusta mucho este blog.
¡Viva la madre que te parió! (Y al padre también que algo tuvo que ver). Me gusta la música de Tom Weist, pero si no fuera así seguro que tu comentario sobre su actuación hubiera despertado mi interés por él. Muchas gracias.
No te voy a negar que la entrada era cara, pero es el precio por prescindir de publicidad, espónsors y compañía... Yo estaba decidido a ir porque me gusta gastarme lo que tengo en cosas así, pero, si me hubiera asaltado alguna duda, lo habría solucionado pensando en los miles de euros que he regalado por nada a discográficas, Sociedades de Supuestos Autores y otros intermediarios que gustan de poner la mano... Gracias por tus comenarios.
Lo cierto es que ambos viven mejor que quieren, y se lo han ganado... gracias por tu efusión... y sigue disfrutando del viejo Tom
Fui a ver a Tom el lunes, y a día de hoy sigo aún en el Auditori del Fòrum mirando embobado hacia el escenario y sintiendo que estoy viviendo algo totalmente extraordinario ... estaba convencido de que no lo vería nunca en directo, y cómo lo disfruté.
Tengo que reconocer que no soy ningún entendido y que gracias a algún amigo que podría ser tu amigo, tengo siempre la oportunidad de escuchar a los mejores, pero este tio es lo más, nadie sabe reirse de todo y de todos con tanto arte. Es cierto que hubiera apreciado un punto de clasiquez en su repertorio, pero entiendes (y leyéndote se entiende incluso mejor) que ese punto no puede darse porque el diablo no puede complacer a nadie.
Cómo me gustó escuchar crecer el trigo, Psycomoro ... !!!
Todos crecimos junto al trigo esa noche, haciendo sonidos extraños, viviendo todos por un noche en las esquinas de la mente de ese diablo, dudando si descolgarnos hasta su garganta o vivir para siempre en su cabeza y así entender qué sucede en la mente de alguien así. Me quedó la sensación de que tengo que bucear todavía más en los sonidos de su música, de que me estoy perdiendo algo que todavía está por descubrir. Es lo mejor que puede suceder cuando vas un concierto. !!!
No estuve. Pero despés de leerte espero que el Diablo vuelva. Vuelve cada vez que lo escucho y lo disfruto. Gracias psycomoro.
El Diablo siempre anda por aquí, rondándonos, tan sólo hay que levantar la vista, guiñarle un ojo y esperar que se quede un ratito más. De nada, todo un placer.
Este hombre es un salvaje, un crooner del blues que parece llegado del pasado pero que suena como si viviera en el futuro. La pena es que no me pillara en San Sebastián porque no me lo habría perdido. Muy buen artículo, psycomoro, como el resto del blog. Felicidades.
Totalmente de acuerdo: desubicado del pasado para saltar hacia un futuro que lleva bajo los pies, lleno de polvo. Gracias por tu comentario.
Si tienes suerte, puedes vivir momentos mágicos que dan sentido a tu vida, porque te recuerdan que puedes emocionarte y que tienes sentimientos que sin darte cuenta emergen, haciendo que se te ponga la piel de gallina (y no es una manera de hablar...)
Suerte tengo de haber podido estar allí. De haber podido vivirlo en vida, como quiero vivirlo en mi muerte. Elección segura para mi fin!
Tu crítica, otro momento mágico. Suma y sigue...
Tienes razón en el tema de los momentos; puede haberlos mejores o peores, pero los que te hacen como eres, aquellos que construyen lo que dejas de ti en los demás, son estos rincones de magia que viven para siempre en el recuerdo. No hay nada como eso. El fin? Tu fin será el mio, así que me temo que no podré comprobar si elegiste bien... Gracias.
Vaya, montaraz, de vuelta vacaciones y me encuentro con el mejor artículo que te he leido. Quería volver para volver a leerte, te lo prometo. Este es sencillamente colosal. Me ha encantado, de verdad. Waits era una asignatura que tenía pendiente ahora me lanzaré de cabeza a por él, como todo lo suyo sea como lo que has colgado, creo que voy a alucinar. Gracias por seguir ahí. Me estoy enamorando a marchas forzadas de ti ¡!! ;) Ana.
Yo también echaba de menos tu arrollador apoyo, Ana... pero no te enamores de mí, que suficiente acto de vanidad es montar un Blog; sólo me faltaba que me dijeran cosas así en él. Insisto, no te dejes llevar por este jardín de cantos de sirena con trampa; hoy por hoy, soy un partido bastante decadente... Disfruta de Tom Waits, te va a gustar, y una vez que te ha apresado, ya no te suelta de por vida. Muchas gracias !
Seguro que eres tan decadente como el señor Waits. Estoy totalmente enganchada a Swordfishtrombones, que disco más avanzado a su momento y que descubrimiento de hombre. Gracias por tu decadencia, montaraz.
Avisada estabas; es la magia de eterno vaivén del diablo, ya no podrás alejarte demasiado. Ese disco es uno de los más importantes de su carrera; acababa de casarse con Kathleen Brennan, ayudante en guiones de Francis Ford Coppola, y el verdadero motor artístico que ha llevado a Tom Waits a ser lo es. Sin ella, seguramente estaríamos hablando de otras cosas mucho menos interesantes; sería alguien digno de conocer.
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