16 de octubre de 2011

De vuelta de nada

Estamos al fin de una cuerda que nadie fijó,
leve pulsión de un astuto deseo sin memoria,
como el sueño que sólo camina cuando duermes,
fugitivo despeñado por un cuaderno mal cosido.
Recuerdo las historias que nos hicieron nacer,
todos aquellos ojos de papel acosando al vacío,
agotando la reserva de una máquina demente
que recitaba las leyes que llevaron a la guerra.
Ahora sé que nunca estuvimos cerca de nada,
que el peor error fue abandonarnos al engaño;
entre leyendas, miedos y tradición enferma,
precipitados en el blando abismo de la imitación,
en la torpe rima de quien lee sin saber escribir.
He aprendido a olvidar sin haber conocido,
a mentir por premios que no podía nombrar,
y ahora no soy nada que no sea los demás.
Ya no puedo volver atrás y despedirme,
sólo perderme mientras te miro de nuevo,
olvidar que hoy es el último día que cuenta
y dejar que lo imposible nos aterre de placer.
El tiempo de las intenciones se agotó ayer;
junto a los momentos que dejamos volar,
como idiotas entre lamentos programados,
olvidamos que nosotros es todo lo necesario
para ser lo que nunca nos atrevimos a probar.
Coge mi mano, esa que ya no me conoce,
cógeme y apagaré mis ojos sobre la carretera,
recordando los gritos que nos hicieron libres.
Dejaremos escrito lo que perdimos en el fuego
y volaremos lejos de este mundo ya acabado,
para estrellarnos contra los besos salvajes
de los amantes que ardieron antes de huir.
Y entre las promesas de los no esperados,
nos revolveremos con el orgullo del sastre,
armados con libros de moda anfibia,
y conjuras de cortes donde más duele.
Porque llego cansado de esperar siempre,
preparado para descubrirme impaciente,
vengo a ti con la urgencia del que no vuelve,
colgada mi cara junto a las espadas en alto.
Acércate como si quisieras despertarme,
dame todos los besos de buena noches y
atiende al mundo que crece a tu alrededor.
Llévame fuera de aquí, lejos de lo que sé,
sobre un nuevo asfalto al que abalanzarme.

http://politica.elpais.com/politica/2011/10/16/actualidad/1318723006_351096.html

10 comentarios:

virgi dijo...

"No estamos cerca de nada"
Triste pensar que es así, cuando creíamos que muchas cosas estaban al alcance de la mano.
Ahora vemos como se alejan, como el horizonte que pensábamos alcanzable, la realidad nos lo aleja siempre un poco más.
Aún con esa certeza de madurez sin marcha atrás, intento luchar por lo que necesito, quiero, creo, deseo.
El asfalto es caliente por el día, frío en la noche. Una moneda que nos habla de las dos caras de la vida, a pesar de que pocas veces podamos entenderla.
Un abrazo, querido Psyco

Ginebra dijo...

No sé que decir, porque me ha emocionado tu escrito (¿ quien es aquí el poeta??) y también el comentario de Virgi.
Todo está dicho, aunque queda mucho por hacer, supongo.
Por ejemplo ¿y si hacemos la Revolución? quizá se salven los buenos...
Me encantó, Psyco. Besos

PSYCOMORO dijo...

Hola Virgi. Siempre vivo envuelto en un temerario optimismo; la sensación de que no pudimos hacer nada pertenece más al pasado, a lo que no fuimos capaces de conseguir, pero siempre pienso que un nuevo futuro es tan posible como respirar, y tan necesario. Creo que los movimientos de estamos viviendo estos tiempos no son sólo necesarios, son una necesidad que nuestra generación ha pasado por alto. Siempre es pronto para cambiar; siempre es tarde para rendirse. Un abrazo

PSYCOMORO dijo...

Estoy convencido de que la única revolución que ganaron los malvados es la que nunca se llegó a hacer, Ginebra. Siempre vale la pensa dar el paso; cierto y sonoro, para que no quede espacio para las dudas, para olvidarnos de la marcha atrás. Gracias y otros besos de vuelta.

La sonrisa de Hiperion dijo...

Es verdad que no estamos cerca de nada, pero que aun nos vayamos más lejos...

Saludos y un abrazo.

♦PªU♦ dijo...

Terminé de leer con piel de gallina!! algo que logras con facilidad en mi :)
Me encantaron las fotos de más abajo, y todo todo lo que sale de tus dedos.

Besos!!!

NoSurrender dijo...

No hay más destino que la carretera. Corramos y gritemos que no queremos lo que no somos!

Salud y ganas!

PSYCOMORO dijo...

Vivimos siempre cerca de intentarlo, Antonio; estoy seguro de que puede conseguirse, sólo nos apartan un paso y una sonrisa. Un abrazo.

PSYCOMORO dijo...

Lo que dictan mis dedos sólo es lo que antes aprendió mi piel, PªU. Me gusta compartir esa ruta con vosotros. Besos.

PSYCOMORO dijo...

Y en la carretera seguimos, Lagarto, porque tarde o temprano el camino te lleva donde debe y las cosas sencillamente cambian; mejor estar cerca cuando eso suceda. Muchas ganas.