23 de julio de 2011

Un monstruo cada mañana

Vivimos lamentándonos en el hueco que nos reserva el escándalo del momento, el reflejo inseguro en una espesa charca en la que cabemos todos; una comunidad que se inclina sobre su imagen distorsionada en un baile acuático escasamente sensual, buscando la verticalidad de una tradición imposible, tras el recuerdo de lo que significaba sostenerse de pie.

Encaramados en el tinglado que nos acercan las noticias, nos disponemos a forzar una sorpresa insostenible; un mal papel interpretado por un actor al que ya no le quedan funciones; y los gestos de sorpresa por resultar creíbles son tan cómicos que te preguntas si realmente esconden alguna esperanza o si, por el contrario, todo se ha convertido en una broma sin fin, en el peor chiste posible.

Todavía pensamos que la mezquindad es algo que se gesta en los sueños; alguien se va a dormir sin asomo de mala fe y se despierta convertido en un monstruo; lo cierto es que es una teoría que nos viene muy bien. Pensar que no pudimos preveer lo sucedido, aligera el sentimiento de culpa y, de paso, nos aparta de asumir ninguna responsabilidad en el estado de las cosas.

Recientemente hemos asistido a dos espectáculos que se esfuerzan por arrancarnos esas máscaras de sorpresa y que demuestran lo mucho que podemos engañarnos, pensando que las cosas nunca tuvieron un ayer, que nunca se fueron a dormir.


Sobre la primera noticia, poco puede añadirse a lo ya visto. No puedo evitar dejar ir alguna carcajada agradecida, pero seamos breves. Supongo que todos estaréis al tanto de lo que ha sucedido con nuestra querida Sociedad General de Autores Españoles; está de más decir que nunca estuvimos en contra de quien decide crear y vive de ello, pero resulta estrambótico afirmar que todo esto ha resultado inesperado; ¿realmente alguien en sus cabales se ha sentido decepcionado o sorprendido por lo sucedido?


Como se suele decir, ahora dejemos que actúen los tribunales porque antes ya lo habían hecho, y con una libertad recaudatoria asombrosa, los que ahora van a rendir cuentas. Algo va a mudarse inevitablemente en la cultura de este país; quizás los primeros que deberíamos cambiar somos sus espectadores, empezando por nuestra curiosa y patria forma de entender el arte. Veremos.


Mucho más interesante me parece lo que está ocurriendo en el imperio de Rupert Murdoch, ese universo de defensa de los valores conservadores, verdadero garante de la moral y las tradiciones; todo un ejemplo de lo que significa el oficio de periodista. Una delicia para el nuevo milenio.


Parece ser que periodistas de News of the World, una de las publicaciones de mayor tirada del grupo, usaron medios poco elegantes para conseguir primicias con las que mantener vivo el morbo voraz de sus lectores.


Entre las estrategias empleadas, se incluían lindezas como la intervención del móvil de una adolescente secuestrada para poder acceder a los mensajes desesperados que dejaban sus padres. Por supuesto, se publicaba lo que iban descubriendo; cuando se llenaba el buzón de voz, lo vaciaban remotamente para permitir que entraran más lamentos, y alimentar con ellos la necesidad insaciable de su público. Además de alimentar falsas esperanzas a la familia, que pensaron que era su hija quien manipulaba el teléfono, entorpecieron las pesquisas policiales. La niña resultó asesinada pero supongo que no deja de ser un detalle sin importancia; parece mucho más escandaloso que se pincharan teléfonos de políticos y otras celebridades. Casi prefiero no entenderlo.


Pero lo más grave del asunto no es ese periodismo vomitivo que nos deleita a cualquier precio; lo realmente chocante es que nos hagamos los ofendidos por lo que se ha descubierto. Toda la opinión pública anda escandalizada porque la mañana nos ha regalado otro monstruo. Y las primicias gestaron la nueva primicia.


Me resisto a pensar que seamos tan estúpidos. ¿Realmente alguien puede reclamar ética a un sistema del que no podemos prescindir? Si queremos exclusivas suculentas, fotografías comprometidas, cotilleos inservibles, bodas reales y divorcios sangrantes; si realmente no podemos dejar de alimentarnos en las cloacas, lo siento, pero este es el precio. Sí, apesta, y escuece cuando lo tragamos, pero es lo que buscábamos cuando bajamos aquí abajo. Basura.

Quizás me pierda algo, pero me cuesta aceptar que nadie se percate de nuestra participación en todo esto. El detestable imperio Murdoch se ha limitado a decorar nuestra habitación; de una forma aberrante, es cierto, pero eran nuestras paredes y ya lucían así ayer por la noche, y la noche anterior. El escándalo ha llegado con el sol de la mañana, pero nada ha cambiado realmente.

Es algo que cuesta aceptar pero se acabaron los lugares donde esconderse. Cada euro, o penique, que hemos gastado en este tipo de prensa, cada minuto que hemos invertido en determinado tipo de programas; todos esos detalles sin importancia han colaborado de algún modo al desastre. Es un crimen que hemos diseñado entre todos; al día siguiente del cierre de News of the World, su competencia en el reparto de basura incrementó proporcionalmente sus ventas hasta ocupar el hueco dejado. Seguimos hambrientos.


Deseo que Murdoch, Brooks y compañía paguen por las miserias que han esculpido, por el dolor que han causado; pero ahí no acaba todo. Me gustaría no poder pegar ojo mientras me pregunto con tristeza y un grado importante de hipocresía distante, si no tendríamos que acompañar a esos dementes en el banquillo; probar la amargura de nuestros actos en el mismo momento en el que dejan de resultar inofensivos.


Pero ya conozco mi historia; palabras y más palabras. Sé que acabaré por asumirme y caer dormido. Mañana volveré a repetir la expresión de atónito sorprendido que tanto he ensayado; sonreiré convencido de nada. Mañana volveré a actuar como si nadie escribiera las noticias para mí.



Para recordar que todos formamos parte de la solución, The Staple Singers (a día de hoy, Mavis Staples sigue coreando la lucha con más de 70 años). Freedom Highway.




Y, por qué no, Nina Simone. Amo a esta mujer porque siempre consigue hacerme llorar de pura alegría. No tengo palabras.


17 comentarios:

La sonrisa de Hiperion dijo...

Como siempre geniales, los posts que nos dejas. Gracias por compartir.

Saludos y buenas tardes de sábado.

Violeta dijo...

Psycomoro, et rellegeixo després de força temps de no visitar-te. M'impressiona com sempre la lectura de les teves paraules.

El teu escrit La cura del amor em deixa profundament tocada, no tinc paraules per descriure tot el què em provoca. És impressionant, de debò.

Una abraçada.

virgi dijo...

Esa raza tiene un don para la música. Por muchos blancos que hayan hecho blues o soul, no podrán igualar la belleza que transmiten en sus voces, en sus guitarras, en sus letras.
Si te digo que no conocía a Mavis Staples...pero gracias a ti ya me la tengo en más que favoritos.
A mí me emmociona esta gente. No sé si alguna vez te he dicho que me llegan al fondo más requetefondo (vuelvo a Wenders y su peli).
Del resto que dices, pues no voy a ampliar tus siempre estupendas reflexiones. Yo creo que más que caminar erguidos, aún levantamos poco del suelo (exceptuando las genialidades del Arte en general y los inventos que han permitido "ciertos" desarrollos).
En fin, me haces pensar, Psyco, tus entradas son muy de agradecer.
Así que ¿cómo no abrazarte bien fuerte?

virgi dijo...

Me fui a youtube y aquí estoy con Mavis y Down in Mississippi...¡qué maravilla!
Leí ahora que había actuado con Cindy Lauper en el Festival de jazz?
...
Gracias de nuevo

PSYCOMORO dijo...

Muchas gracias, Antonio. Compartir es el origen y el destino. Saludos.

PSYCOMORO dijo...

Quina il.lussió retrobar-te, Violeta. Moltes gràcies per les teves paraules; ets massa amable. Una abraçada.

PSYCOMORO dijo...

Hola Virgi. Lo mejor de compartir sigue siendo que nos podamos enlazar con descubrimientos de cualquier tipo. Que la curiosidad se convierta en un bien común. Efectivamente, estos músicos tienen algo especial. Si alguien me pregunta qué significa la música, le recomendaría este video de Nina Simone. Poco más hay que decir.

Un abrazo también para ti y gracias.

NoSurrender dijo...

Tienes razón, nosotros somos los culpables en un modelo capitalista que se mueve por la demanda. Nos olvidamos del poder que tenemos cuando compramos cosas, nos olvidamos que somos nosotros los que alimentamos la cadena de la basura.

Calibramos varios elementos en nuestros procesos de compra: su precio, su presentación, su notoriedad, su sabor o su color, su fiabilidad. Incluso su sexualidad. Pero nunca pedimos su responsabilidad social. Tenemos lo que pedimos.

Salud!

Araceli Merino dijo...

El consol es pensar que estem en el menys dolent dels sistemes i que, com a minim, de tant en tant ens assabantem del que passa. A vegades es af justícia, o pòtser hauríem de dir pseudojustícia. Però està clar que la tropa obeiria amb més entusiasme si l'oficial al seu capdavant prediqués amb l'exemple. Ostres, perque costa tant?

PSYCOMORO dijo...

Hola, Lagarto. Sí, se trata de un mínimo ejercicio de responsabilidad que nos permita participar de la solución de aquello que criticamos.

De todo el proceso, lo más estúpido es que sigmos escandalizándonos cuando muerden las bestias que hemos creado nosotros mismos. Podemos girar la mirada a otro lado tanto como queramos, nadie nos puede obligar a cambiar nada. Sólo se agradecería que al menos sepamos que nosotros también vivimos en ese otro lado, esperando más de lo mismo. Saludos.

PSYCOMORO dijo...

Hola Araceli. Sí, potser sona una mica pesimista... suposo que m'emprenya que ens fem els ofesos únicament quan en ho dicten les notícies del dia, mai quan podem fer quelcom per a que les coses canvïin. En aquests moments, sempre decidim que les nostres accions són inofensives; demanem l'ou sense la gallina. Costa perquè això és impossible. Gràcies per passar-t'hi.

♦PªU♦ dijo...

tus críticas son únicas! .... ayer ví una peli ya vieja (no viejisima, pero tiene sus añillos), "Into the Wild" no se si la has visto, pero me encantaría ver tu crítica de eso!... Me dejó tanto que decir pero no tengo palabras, a vos te saldría perfecto!
Digo... no te estoy pidiendo que lo hagas, jeje pero por ahi te dejo lo que pensé.
Besos!!!

Anónimo dijo...

Muy buena entrada, Psycomoro. Como siempre es muy interesante lo que dices. No están siendo buenos tiempos para Inglaterra. Y los videos; el de Nina Simone me parece buenísimo, como notaba la música esa mujer. Gracias por acercarnos tus reflexiones y tus gustos. Siempre es un placer entrar en tu blog.

PSYCOMORO dijo...

Hola PªU. Into the Wild; entiendo que es la que dirigió Sean Penn y que relata la odisea de un joven que se abandona en la naturaleza huyendo de la ciudad para descubrir que el peso de los sueños que no dependen sólo de nosotros tienen la potencia del azar. Me gustó esa melancolía del final, cuando es consciente de que el sueño se aleja y lo inevitable del dolor se convierte en un amargo pero fiel compañero. Gracias por recordármela. Besos

PSYCOMORO dijo...

Muchas gracias, Anónimo. Sí, vivimos días muy extraños. Lo políticamente correcto es escandalizarnos ante los recientes disturbios en Inglaterra, seguros de lo inaceptable.

Quizás también deberíamos preguntarnos las diferencias entre un joven rompiendo un aparador para robar una televisión y un político aprovechándose de su cargo sin más control que la coyuntura del equilibrio de poderes.

Quizás tampoco sean tan diferentes los incendios provocados por esos insensatos y las abrasivas técnicas de investigación del periodismo de cloaca que tanto consumimos. ¿Por qué sólo alertamos de aquello que vemos como una amenaza inmediata y participamos activamente de otras vergüenzas de parecido o peor calibre? Muchas preguntas.

♦PªU♦ dijo...

Amo tus inicios, se sienten en cada poro! (el resto obvio tambien, pero los inicios son sorprendentes)

Besos!!!

♦PªU♦ dijo...

Y si, no se porque pensé en vos cuando trate de ponerle letras a lo que sentía cuando la termine de ver!... gracias por hacerme sentir asi!

Besos! jeje