Bobby desfilaba por el camino de bajada,
era la caída de ojos de las leves historias
que empaquetas cuando aprietas el corazón,
junto a las canciones que olvidamos escribir,
las noches perdidas en compañía de todos.
Bobby siempre fue el peor de los malos tipos,
el peligro de la pistola que humea hacia adentro,
el puño cerrado que lanza la niebla ante ti.
Pero Bobby es el único que sigue ahí
cuando las cosas estallan locas de atar.
Y sus chicas dementes te rodeaban sin ropa,
te dejaban ver todo cuanto puedes perder
si apagas el fuego que no supiste encender
y drenas en el baile de la sonrisa del vino
la perfecta melodía de los que ganan sin jugar,
Bobby era el gatillo que no tienes que apretar,
la última oportunidad del suicida vagabundo
que busca un hogar donde poder dejarse ir;
era el tipo de cosas que nadie espera que pasen,
la infección que sólo cura a los que no volverán,
la verdad de las excusas que guardas para ti.
Conocí a Bobby cuando el mundo estaba del revés,
dedos de pájaros con piel de oso escarbando bajo tierra,
inflamación de tendones en rostros de sonrisa vertical
y todas las manos rotas por el futuro de aquellos huesos
que callaban desordenados bajo la almohada de papel.
Eran tiempos para gritar poesías de sudor y piedra,
laberintos forrados con malas compañías y miel;
espacios para amantes breves y últimas promesas.
Bobby era la víctima que se escapa del recuento,
la sombra del culpable que todos llevamos dentro,
la cerradura reventada del cajón de las peores ideas.
Y el resto caminaba con sus paladares de seda
armas vestidas con brillantes balas de tres puntas
y húmedos sombreros de plumas sin nombre.
Bobby no bebía, era el dios de la última ronda,
el motivo por el que no puedes quedarte dormido,
le tenías tanto miedo que no podías dejar de mirar.
Pero alguien mató a Bobby con un hacha de cristal,
partiendo en dos precisos instantes al viejo vendaval;
No ganamos nada que no fuéramos a perder,
quien no camina no aprende a pensar y
la vida se ahogó en el océano más normal;
porque Bobby es el único que sigue ahí
cuando las cosas estallan locas de atar.
6 de noviembre de 2010
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18 comentarios:
Psycomoro, m'has deixat ben morta, després de llegir les teves paraules, com si a mi mateixa m'haguessin partit en dos amb una destral de vidre.
T'abraço ara en aquests moments difícils per mi. Gràcies pels teus escrits. Són el millor regal possible.
Historias del mundo, que nos hacen mas imperfectos, pero más vivos...
Saludos y un abrazo.
Hay gente que tiene poderes especiales. Igual podrían dar la vida por una nimiedad que quitarla por otra. Condensan en sí mismos tantas cosas del resto de los mortales, que nos parece imposible de entender.
Un abrazo, me parece estar leyendo un guión de cine, eres un hacha!
(incluso me recuerda un personaje de Walter Mosley, ¿te suena?)
WOOWW increible entrada, cosas tan ciertas que sólo si abrimos los oidos de la piel entendemos.
"la cerradura reventada del cajón de las peores ideas"
jajaja cuantas veces más la encontraremos así? eso me encantó!!!
Besos!!!
Si les paraules serveixen per portar una mica de consol, ja ha valgut la pena tan sols pensar en escriure-les. Ànims i una abraçada, Violeta.
Supongo que la vida es dejarse enseñar por lo que ocurre y no perder demasiadas oportunidades, Antonio. Un abrazo.
Sí, Virgi, hay gente que es el resumen de una época, significa muchas de las razones por las que vivimos o dejamos de hacerlo. El vértigo de ser consciente de lo que ocurre inunda sus ojos, hasta que se los cerramos. Policíacos oscuros y personajes vestidos de azul; Walter Mosley... pues muchas gracias !
Gracias, PªU. Sí, a veces sólo una piel abierta a caricias del tiempo puede ver según qué cosas; después queda en nuestras manos enteder o pasar página. Besos.
Bobby es un personaje de una película, casi puedo ver con claridad su cara con cicatrices, su ropa ceñida y oscura y su tupé engominado y grasiento...
Una historia en tu cabeza que cobra forma por medio de tus palabras y que dejas libre a través de esta ventana para que nosotros podamos imaginar:)
Besos
Sí, Ginebra. El cine siempre cabalga libre por el subconsciente haciendo de las suyas y en esas praderas inacabables hay un montón de personajes campando a sus anchas. Besos.
Hola, yo creo que tod@s deberíamos poner un Bobby en nuestras vidas, una roca en medio del Atlántico, a la que aferrarse cuando la tempestad no deja en pie la realidad, una roca con sus aristas y su personalidad, pero una roca, al fin.
Un placer... y un Saludo
No sé si todos tendremos un Bobby dentro, creo que yo sí. Pero no forma parte de mí, sólo es un cuerpo magnético en negativo.
Un saludo, Búho. Tocas totalmente mis intenciones; en ocasiones es mejor conocer a alguien que lleva la controversia en la sangre que esperar que los tiempos se doblen al olvido de los días que pasan sin huella. Seguimos prefiriendo escoger lo que no queremos que defender lo que podemos tener.
El magnetismo de la atracción inevitable, Jani; la seguridad de que alguien tendrá que hacer algo por nosotros.
Me ha gustado mucho este intenso poema sobre el lado oscuro que nos maltrata pero también nos da los momentos que vale la pena recordar porque nos han enseñado a ser lo que somos. Gran e interesantísimo blog.
Se trata de eso, Anónimo. Podemos crecer aceptando sólo aquello que entedemos pero el tiempo nos enseña que las cosas no suelen ser como las recordamos, sino más bien como se marcan en nuestra piel. Bobby es eso, el amigo inevitable que significa las cosas que no puedes aceptar.
Estoy expectante
Gracias...
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