24 de octubre de 2010

Bloqueado



Intentas atrapar el corazón de las cosas, entender por qué se han dejado tocar justo en este instante, cuando empezabas a pensar en dejarlo estar. Pero la primera evidencia con la que te sacude el mundo adulto es que no puedes estar preparado para todo; en ocasiones, la sorpresa es el todo que se camufla distraído en el baile de las partes, esperando que creas saber de qué va el juego para saltarte al cuello y devolverte el interés por vivir.



Me pierdo a menudo en esos bosques de momentos a medio hacer, ingenuo ante las evidencias que no aceptan más oportunidades; me cuesta detenerme y saborear la aguja del reloj, detenerla entre mis labios, acunarla en la lengua. Me siento anestesiado por la impaciencia del viejo cazador que sabe que ya no debería estar ahí pero que olvidó el camino de vuelta a casa; se queda esperando la noche, sin más munición que los latidos de un corazón que se sabe devorado por la memoria de sus antiguas presas.



Recupero fotografías que sobrevivían en el interior de mi cámara como sueños que no crees haber tenido; intento darles un sentido recordando dónde nacieron, pero últimamente nada resulta sencillo y descubro que quizás no fui exactamente yo quien las hizo; siempre sucede algo mientras esperas.



Me siento como una especie que nunca aprenderá lo suficiente para salir al exterior; tendré que permanecer junto a estas instantáneas sin dueño, esperando tiempos mejores. Quizás algún día aprenderemos algo que no necesitemos explicar, algo que por fin se parezca a nuestra libertad.


22 comentarios:

Violeta dijo...

Quin mestratge el teu discurs, acompanyat de les fotografies. Gràcies per un regal com aquest.

Una abraçada.

♦PªU♦ dijo...

Ufff que bueno! me encantó!!! profundo.

Besos y abrazos!!

virgi dijo...

Algún día aprenderemos. Algo. Poco. Mucho. El aroma de la caza nos entontece, no podremos discernir si ya lo hemos vivido o es nuevo en el horizonte.

Ya sabes que me gusta cómo piensas y cómo escribes, no?

Anónimo dijo...

SIEMPRE estamos a tiempo de recuperar lo que añoramos. Sólo hay que decidir, escoger, atreverse.

Fotos impresionantes. Maduras antes de tiempo... por eso te quedaron en tu cámara.

Mil besos, amigo.

PSYCOMORO dijo...

Gràcies a vosaltres, Violeta. Manteniu aquest espai viu i lliure. Una abraçada,

PSYCOMORO dijo...

Gracias, PªU. Esos besos con sus abrazos van de vuelta.

PSYCOMORO dijo...

Sí, Virgi, siempre aprendiendo. Incluso de mirar al horizonte se aprende. Y a mí me gusta tenerte por aquí.

PSYCOMORO dijo...

Maduras antes de tiempo; de un modo extraño, tienes mucha razón, Anónimo. Consiguieron algo que les hizo no abandonar su primer hogar, quizás su última prisión. Besos.

Ana dijo...

ha sido muy puro, me ha gustado

BÚHO dijo...

En ocasiones el tiempo se para en un insecto que camina, en una sábana bailando al viento, en una hoja que espera su extición en el asfalto, y es en esos momentos cuando puedes asomar la cabeza sin miedo y observar y observarte desde fuera para darte cuenta de lo bella que puede ser la naturaleza, para darte cuenta de dónde estás tú en ella o con ella.
Bonitas fotos y excelentes palabras, un saludo.

La sonrisa de Hiperion dijo...

Que estupendas las fotos, y los textos para acompañarlas...

Saludos y un abrazo.

PSYCOMORO dijo...

Gracias, Jani, y bienvenida

PSYCOMORO dijo...

Muchas gracias, Buho. Tu comentario se me ha llevado el aliento. Esa distancia que marca el tiempo es el margen entre lo que ves y lo que puedes entender. Nos disolvemos con la naturaleza y entendemos que nos perdemos muchas cosas cuando nos paramos a pensar en ellas. Un saludo.

PSYCOMORO dijo...

Gracias, Antonio. Sí, imágenes y letras tejen una extraña compañía. Un abrazo.

La paciente nº 24 dijo...

Muchas veces me pregunté si la libertad se parecía a una pera; la forma, la textura, la imagen de la libertad, o si sólo se traduce a un acto de fe, un concepto inventado por uno mismo. Tal vez forme parte de la mecánica de la esclavitud, esclavitud a cualquier cosa.

Ginebra dijo...

Psyco, esos momentos forman parte de la propia vida, como sus contrarios, ésos que son gozosos y alegres y en los que no nos cuesta reconocernos... En realidad, sin los primeros no saborearíamos los segundos. Yo sí que reconozco esas fotos, incluso de puede intuir como te sentías en el momento de disparar algunas. Me gustó especialmente la hoja amarilla en el césped verde.
Besos, siempre.

PSYCOMORO dijo...

Sí, Paciente, supongo que la libertad forma parte de la mecánica de la esclavitud porque sólo desde el cautiverio, el que sea, entiendes qué significa estar encerrado fuera.

PSYCOMORO dijo...

Hola Ginebra. El contraste de perseguir lo que dejaremos de desear en el mismo instante en que lo toquemos. Gracias y muchos besos.

Anónimo dijo...

Me gusta mucho tu blog. Cada vez que entro, encuentro nuevas experiencias que me hacen ver las cosas del día a día de una forma diferente. Tu óptica es un reto apasionante. Gracias.

Anónimo dijo...

"perderse en los bosques de momentos"
un sutil reflejos de mi existir....me encanto cada pedacito que leí...:)
y como siempre tus fotos son las mejores...

PSYCOMORO dijo...

Gracias, Anónimo. Confío no defraudar esa sensación; manténme informado...

PSYCOMORO dijo...

Gracias, Ana. Lo mejor es teneros a todos rondando por aquí.