13 de marzo de 2011

De nuevo

Huyendo hacia el último lugar equivocado;
perdido en el hielo del próximo giro, sin destino.
Te encontré respirando, sola bajo las vías del mar,
aguardando el rumor de las promesas metálicas
que resguardan de la lluvia, del cobre y tiempo.
Y allí, conocimos el lugar de los que aman,
la intensa mirada de los que se miran en nada,
el reflejo de una victoria que ya nadie espera,
una espesa llama rota que promete algo más.
Era la clausura de una atracción imposible,
la excitación suicida del doble dos por uno,
cálculos perfectos sobre líneas abatidas,
abrazos de mil dedos cerrados de par en par,
sobre sábanas escasas y circos subterráneos.
Salimos despedidos, las manos apretadas,
como genios locos sin espacio de retorno,
hacia un bosque plagado de mesías gastados,
con el perverso empeño de quien no volverá
pero sin ganas de existir en ningún otro lugar.
Y vivimos lanzados contra lo que se esperaba,
héroes inesperados de una historia sin final,
poemas hartos de promesas de rima esclava.
Vagando por un mundo de palabras crujientes,
cazando los instantes que desatan la tormenta
y la suave caricia que magulla el camino;
en la dulce estancia del beso que arranca
la esperanza del acertijo a medio acabar
sobre lienzos que hablan por no callar.
Si recuerdas aquellos momentos imperfectos,
como yo imagino el color de la mañana rota,
acércate a mi puerta de umbral inútil y
rompe mis labios con tus dientes de alfiler,
porque las historias sólo duermen una vez
y todo lo que hoy quiero es escuchar tu voz,
engancharme a la leyenda de las cosas nuevas,
adicto a la breve evidencia de que seguimos aquí.

11 comentarios:

Ginebra dijo...

Pues sí, somos adictos a la evidencia de que seguimos aquí, pero cada día es diferente y nosotros, queramos o no, cambiamos con el tiempo...
Muy desgarradoras tus letras, como nos acostumbras, muy inmersas en una espiral casi sin salida...
Eres único escribiendo este tipo de cosas!!, jajajajajaja.
Un beso, Psyco.

virgi dijo...

Sabemos que no volveremos y sin embargo, no perdemos la esperanza. Por un abrazo, cruzamos los bosques y nos hundimos en las marismas.
Y si hubiéramos de hacerlo nuevamente, de nuevo lo haríamos.
Con evidencias y sin ellas.
Un fuerte abrazo, siempre es un placer leerte.

Ana dijo...

Sería precioso sentirse querida así, Montaraz. Lo relatas como una aventura que nunca acaba, como algo que sigue alimentándose con el tiempo. Es emocionante, como poder leerte. Publica ya !! Besos. Ana.

PSYCOMORO dijo...

Hola Ginebra. Me alegro de que te guste. Sí, una espiral de la que no queremos salir porque signifca nuestra propia vida; quizás significa lo mejor que hemos conseguido. Un beso.

PSYCOMORO dijo...

Virgi, la pregunta que siempre late es qe hubiera ocurrido si no hubiéramos tenido ese abrazo, si no se hubiera descubierto la perfección de sentir que nunca dejas de aprender. El places es mutuo; un abrazo.

PSYCOMORO dijo...

Lo realmente bello es poder querer así, vivir las consecuencias de los tesoros de un camino que se despliega cada día sin preguntar, con la habilidad de quien te da todo lo que tienes. Gracias. Un beso, Ana.

Anónimo dijo...

Increíble forma de escribir, real y sensible poesía. Tienes un estilo realmente especial.

PSYCOMORO dijo...

Muchas gracias, Anónimo. El estilo no es más que un barco que te mantiene a flote pero al que no recuerdas haber subido.

PSYCOMORO dijo...

Muchas gracias, Antonio y, como siempre, bienvenido.

♦PªU♦ dijo...

Hermoso!! yo quiero que me pase! jejejej

Besos

PSYCOMORO dijo...

PªU, me gustaría poder decir otra cosa, pero me temo que la suerte siempre tiene demasiado que ver en estas cosas. Supongo que buena parte del mérito está en permanecer en el lugar adecuado. Besos.