El anonimato es el bálsamo de la decepción, un muro que te aparta del vecino que no existe. Es intimidad culpable y libertad a punto de caramelo; te alejas del universo de los nombres para soñar con el abrazo cálido de la oscuridad planeada. Pienso en la timidez, sí, pero también en las posibilidades de vivir sin ser visto; ajeno a esa necesidad de significar algo diferente, lejos de la exhibición de los gestos. Y ese escuálido espacio se muestra algo único y esencial, la expresión decidida que nos desata de la necesidad de dejar huella. Es un mundo crecido sobre anónimos y gente hambrienta de imagen; en Internet, estos moradores se miran cara a cara y se entienden de un modo extraño, como dos hermanos que se reencuentran buscando una misma cosa pero que sólo se reconocen cuando entienden que hay miles de cosas parecidas que se llaman de formas distintas. Porque el escondido anónimo necesita ser observado como el que lo reclama a voces cada día en el neurótico bosque de las redes sociales. Les une una misma insatisfacción, quizás les separa la ambición de trascender.
Internet se inunda con millones de transeúntes que vagan alucinados en busca de un lugar que puedan llamar hogar. Somos muchos los que hemos escogido practicar nuestro alto en el camino en este particular rompecabezas, un encaje de bolillos que resulta incomprensible si te detienes a pensarlo. Quizás la esencia de internet resida en esa capacidad poliédrica de dar cobijo a locos animales de mil especies; quizás sólo nos mueve una enervante necesidad de mostrarnos a nosotros mismos como aquello que nunca llegaremos a ser. Quizás, después de todo, no sea más que el rincón donde podemos soñarnos.Nuestro sentido se resume en un perfil, en algo que, por fin, sólo depende de nosotros; escogemos imágenes que no somos, nombres que no tenemos, aficiones que desconocemos, y edificamos un imperio dedicado en exclusiva a la exhibición de aquello que deseamos que el resto vea en nosotros. Por supuesto, todo esto poco o nada tiene que ver con la realidad, pero nadie se resiste ante la seducción del complejo de dios.
En todo ese delirante lienzo de posibilidades infinitas, mis preferencias se debaten entre la flexibilidad alucinante que inunda la blogosfera, el monumento al talento hilarante en que se está convirtiendo Youtube y los instantes de belleza que pueblan Flickr. Porque, en ellos, la participación de sus pobladores suele ir más allá del relato efímero de momentos que caducan. Reconozco en Facebook y Twitter la capacidad explosiva de su contagio; su papel en las revueltas árabes ha demostrado que la información en los conflictos ya no tiene dueños, sólo víctimas que merecían una voz.
Siempre ha sido mi canción preferida de Pearl Jam, y quizás la razón más perdurable que lo justifique es el increíble, alucinante, solo de guitarra de Mike McCready; complejo, profundo, armónico, poderoso, sangrante. Suelen agotarse los adjetivos cuando te refieres a algo único; desde luego, este momento lo es.
Tras las opacas reglas de Youtube, descubrí a un anónimo que decidió que recrear la magia; apareció en la playa con su guitarra, sin rostro, tomando un lugar privilegiado en los homenajes inesperados. Cualquiera que se haya acercado a la adicción de las seis cuerdas de una guitarra sabe que el solo de McCready es un reto muy especial, algo a conseguir; un amigo al que siempre consideré un gran músico, me reconocía que conseguir tocar esta canción te señala por fin como un buen guitarrista. Supongo que esas manos pertenecen a alguien que lo debe ser.
Y el original; la herencia de Jimi Hendrix en su máximo esplendor. Inmenso, McCready... y qué sexy es Eddie Vedder; un consejo, perseguid el solo de guitarra, aunque la cámara se empeñe en rendirse a los pies de Vedder.
18 comentarios:
Pearl Jam, un acierto!!!!
Sobre tu reflexión de internet, es muy compleja, comparto casi todo, pero hay algo que quiero comentarte. Yo creo que, en el fondo, internet se parece a la vida real y aquí también se finge o fingimos (unos más que otros) quiero decir que quien es más o menos sincero en la realidad es incapaz de disfrazarse en internet, aunque firme con un nick o elija una foto que no es la suya.
Pienso que, por desgracia, somos cada vez más impersonales y por ello triunfan redes como facebook (vomitiva en mi opinión ) o sus hermanas gemelas, twitter o tuenti...
Blogger me resulta totalmente diferente, por eso estoy aquí entre otras cosas y no allí, aquí además de soñar puedo expresar o crear, también conocer a otros que tengan anhelos parecidos o al menos la capacidad de escuchar y opinar sobre temas que tengan un interés común... también hay mentiras, y muy gordas... Hipocresía y engaños, como en la vida real.
Me encantó tu reflexión y tu música. Internet me posibilitó conocerte, éso ya fue un logro. ¿de qué modo si no habríamos tomado un gin tonic o dos o tres en un barrio de Barcelona???? jajajajajaja.
Besos "virtuales"
Realmente increible ese mundo, que ha unido continentes y a la vez separado alter-egos.
besos
Hola Ginebra. También pienso que somos lo que decimos; poco importa dónde suceda. Supongo que todos los medios tienen su público y una capacidad de alcance concreta. Poder elegir siempre es una suerte, como lo es haberte encontrado y, sobre todo, haber compartido esas copas que, desde luego, deben repetirse. Besos bien reales.
Hola PªU. Sí, la separación de universos tan cercanos como gotas de agua que nos devuelven mils de reflejos improbables. Besos.
pase a dejarte un abrazo y al leerte un rato y me doy cuenta que has madurado muchísimo... me encanta esta entrada y sus fotos son buenísimas....mil besos desde el otro lado del continente...:)
Gracias, Ana. Pues confío que esa madurez traiga algo más que nuevas arrugas. El abrazo que dejas te lo devuelvo ampliado; gracias por pasarte.
No entro en esas redes, pero esta pequeña red que es blogger me ha dado muchas cosas lindísimas. Así que sigo. Y una de ellas es leerte, Psyco, tienes savoir faire y unas sugerencias musicales fantásticas.
¡Ah, el rock, ah..........!
Un abrazo, gracias por tus palabras.
(hace más de 30 años hice un forro para una Telecaster igual a esa, ya ves)
Interessant i apassionada la teva reflexió sobre l'essència mateixa d'internet. El que dius és cert, però convida a una enèsima cita d'aquella frase d'una cançó de Serrat: "Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio".
Que buena música amigo....
Saludos y un abrazo.
Me ha gustado mucho tu historia de la funda de la Telecaster, Virgi. El tiempo se alarga y se contrae sobre los recuerdos de una forma muy peculiar, como si viviéramos en una película escritapor nosotros mismos. Gracias y un abrazo
Gran Serrat i gran veritat, com moltes de les que diu aquest home sabi. Gràcies per la visita, Araceli.
Sí, la inspiración eterna de las mejores notas. Saludos, Antonio.
Y así andamos construyendo eternidades ¿No se trata de eso? ¿De eternizarnos de alguna manera?
La pregunta sería, ¿somos más desconocidos cuando escondemos el nombre para contar algo, o cuando no contamos nada porque mostramos ese nombre? ¿cuál es realmente la realidad, si es que ésta existe?
Ten. Qué gran disco, lo he tenido que poner ahora, según te iba leyendo.
Salud!
Efectivamente, Paciente, construyendo un futuro que nos reta extraño, tentando nuestra paciencia y batiendo nuestras ansias de permanecer.
La realidad, Lagarto, es que las palabras giran más rápido que nosotros, con un centro de gravedad que disfruta alejándose de nuestra identidad. Salud.
Todo es marketing. Y que psycomiedo. Y que psycomorbo.
Tan psyco como un breve eco que no dice nada nuevo, Jani; tan breve como eso, y el ruido que montamos.
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