Carta a Don Bernardo, obispo de Tenerife
Tan sólo quería dejar constancia de lo mucho que le admiro, señor obispo, de lo mucho que le admiramos los millones de personas que nos sentimos identificados en sus sabias palabras. Ya era hora de que alguien se atreviera a decir las cosas como son y no como convienen. Tenemos derecho a defendernos.
Era necesario que alguien destapara la gran mentira que se esconde detrás de los falsos casos de pederastia en la Iglesia Católica. No es justo que aquellos que tenemos que hacer ejercicios de resistencia numantina ante las continuas provocaciones de niños de doce años (o incluso menores, no se vaya usted a pensar), que desean fornicar viciosamente con nosotros día y noche, que nosotros, que vemos esas miradas lascivas y tentadoras y tenemos que apartar el pecado de nosotros, tengamos que defendernos si algún día perdemos en esa batalla desigual.
Porque se trata de eso, de una batalla, donde todos están del lado del diablo, de esos niños perversos que nos quieren cazar en sus redes de perdición, y bien sabe usted que la perdición es eterna. Usted conocerá casos, como yo, de compañeros que han luchado con todas sus fuerzas pero al final han perdido la batalla. ¿En qué mundo vivimos? ¿Son esos hombres culpables de algo? Usted y yo sabemos que no, que los culpables son esos niños y toda esa sociedad atea que por un lado defiende el sexo y, por otro, no nos permite caer en la tentación.
He de reconocer que más de una vez he pensado en dejarme llevar y acercarme a esas bestias; sólo el convencimiento de la lucha de gente como usted me ha impedido pasar de inocentes tocamientos; disimulan y te apartan, pero tendría que ver sus gestos viciosos. Seguro que sabe a qué me refiero.
Realmente la tienen tomada con nosotros, porque los que sí pueden disfrutar viciosamente de sus vidas desviadas son esos que se han venido a llamar homosexuales. Pecadores diría yo. A ellos se les permite todo, con esas ropas, y ese deje, y esa manera de sonreírte. Ellos también nos provocan.
Suerte tenemos porque todavía somos muchos. Prueba de ello es la manifestación (perdón, celebración) a favor de la familia cristiana que se va a celebrar mañana en Madrid. Convocados por el gran Rouco Varela, debemos asistir todos los que pensamos como usted, todos los que vivimos en esta lucha contra las tentaciones. Que incluso vengan aquellos que cayeron en la tentación porque nuestro dios es bondadoso con aquellos que lo defienden.
Tan sólo me duele que Marcial Maciel, fundador de nuestros admirados Legionarios de Cristo, no pueda acudir. Se encuentra secuestrado por la justicia de su país, que lo acusa de pederasta. Que detengan a sus niños y acabaran con el problema.
Efectivamente es una pena. Todo es una verdadera pena.
Atentamente
PD. Sobre todo, tenga claro que no me dirijo a usted con ánimo de provocar; no tengo doce años ni ganas de acostarme con usted. Lo siento.
29 de diciembre de 2007
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7 comentarios:
Efectivamente, psycomoro, a esta gente le tenemos que agradecer que nos dejen ver tan claramente lo que otros dicen que son confusiones o malos entendidos. Yo tb le estoy muy agradecido a esta bestia por sus palabras. Por cierto ¿nadie va a hacer nada al respecto? ninguna institución (no sólo religiosa...) va a tomar medidas? El que calla otorga...
Pues sí. Hay muchas cosas de este país que sencillamente se me escapan. Una de ellas es ésta. ¿Cómo puede ser que alguien haga unas declaraciones de este calado y nadie haga nada? Esa amplitud de miras respecto a la libertad de expresión (no la juzgo, incluso podría llegar a estar de acuerdo) no se aplica cuando un partido no condena el terrorismo. No estoy de acuerdo con quien no condena el asesinato, pero tampoco con quien justifica la pederastia... y, seamos sinceros, ¿veremos alguna vez cómo se ilegaliza a la Iglesia Católica en España? Todavía es hora de que alguien dentro de la misma se digne ni siquiera a "matizar" las palabras de este genio...
Es inutil intentar entenderlo. Es inutil desear una respuesta. Las cosas sólo cambiarían si todos los que pensamos como tú, lo divulgaramos. La conformidad nunca será sinonimo de beneficio.
Gracias pero te recomiendo que no te preocupes demasiado; tal y como están actuando últimamente, lo están dejando demasiado fácil. Su poder se escurre entre los dedos de su propia inutilidad.
Es algo que incluso ven aquellos que,teniendo convicciones religiosas, totalmente respetables, les ha tocado el suplicio de pertenecer a un club que dirigen energúmenos de este calibre; para mí,tiene un extraño mérito seguir ahí.
No comparto sus creencias pero, de alguna manera, respeto su esfuerzo; y entiendo todavía menos a los que les ponen las cosas tan difíciles.
No creas que lo de este elemento es algo extraordinario, no; la mayoría piensan igual. Creen que sus seguidores (que no se plantean ni la más pequeña crítica), no son capaces de tener opinión al respecto y acatan con disciplina las barbaridades que dicen. Tengo ya cierta edad, por lo que será difícil que vea que una nueva generación de políticos actúen y los pongan en su lugar.
Cada manañana cuando me levanto, Anónimo, hago un sutil esfuerzo por ser optimista; para ello siempre pienso en lo rápido que están cambiando las cosas... y en lo poco que se enteran de esa velocidad algunos que siguen mirando al pasado. Eso me sirve para estar seguro de que vamos a ver cosas importantes en poco tiempo; quizás cosas que hoy mismo nos parecerían imposibles (y sinceramente no creo que dependan ni de éstos ni de ningún otro político). Sucederán, y los mismos que hoy sueñan con otros tiempos mejores, ni entenderán lo que ha pasado. Aguanta unos años... va a valer la pena intentárselo explicar !
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